viernes, 23 de septiembre de 2011

Pablo McKinney: Una madre bienvenida

El Bulevar de la vida

Tal que, ayer, les hablaba del gran drama de la candidatura de Danilo Medina “dueño de un liderazgo rico en saberes y contenidos, una exitosa experiencia de su paso por el Estado, 1996-2000, pero carismáticamente pobre en generar pasiones, simpatía, confianza; enfrentado una vez más a quien representa justo y lo contario: Pobre discurso, pésima experiencia de estado, 2000-2004, pero dueño de un encanto y un carisma que conecta directo al corazón de la gente.”

Y es que, el de Danilo, es fundamentalmente un liderazgo gerencial que le augura una buena presidencia… de alcanzarla, pero primero debe llegar al corazón de la gente, no sólo con discursos sino también con ángel, carisma. No olvidemos que los dominicanos, -bullangueros andaluces pasados por África-, somos un vendaval de pasiones a los que se nos da más el amor que las razones. (Un alemán no hubiera escrito: “El mejor argumento de una mujer hermosa es su mirada, ay.” El germano se hubiera quedado en Marx con algo de Freud y Schopenhauer.)

Danilo Medina escucha en pose angelical  al presidente de su partido, el PLD, durante el acto en que la organización oficialista lo proclamó candidato presidencial 2012.  

Enfrentado a un hombre que no posee discurso ni le interesa poseerlo, -se basta con su olfato y su sentido común de campesino-, pero con una excepcional conexión carismática con las grandes masas nacionales, Medina tiene ante sí el reto de su vida, y si quiere salir airoso de este, debe procurar cuanto antes la compañía de un candidato o candidata vicepresidencial que además de otros dones conecte con la gente no solo con discursos, y conceptos, alguien que levante pasiones, genere simpatías, confianza, humildad, y de eso no hay uno solo en el establishment  de halcones generacionalmente vencidos por las victorias y el liderazgo de Leonel Fernández, y también por el de Danilo, que no debería olvidarlo.

Apueste a los sargentos, licenciado. Apueste a lo mejor de la casa morada que ya en la botica amarilla hay de todo. Barra pa’ dentro, licenciado, pero no exhiba las vergüenzas inevitables, déjele eso a sus adversarios.  A grandes males, grandes soluciones.

En foto reciente, Hipólito es rodeado en Nueva York por un grupo de damas.

Hoy, el desgaste del PLD (muertecito de éxitos por “el peligro de vivir los años”) es terrible. Y lo sé, porque muy insatisfecho y desesperado, muy harto y decepcionado ha de sentirse el electorado dominicano para estar decidido -como está en este momento- a entregarse a los brazos ya conocidos de Hipólito Mejía y todo lo que él como jefe de Estado, (no como el buen amigo y contertulio) representa.

Apure el paso, licenciado.

Usted tiene la razón, déjese ayudar por  la pasión, que si además tiene gerencia y vocación de servicio, va de perlas.

Y no olvide que en la familia, sólo una cosa es más importante que un padre recién llegado: una madre bienvenida.

Santo Domingo, R.D., Jueves, 23 de septiembre de 2011.

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