martes, 20 de septiembre de 2011

Rafael Gamundi Cordero: Causas del golpe de Estado de 1963

El 20 de septiembre, cinco días antes del golpe de Estado y después de los estudiantes de escuelas católicas apedrear el Congreso Nacional, los grandes empresarios de la nación, patrocinaron una huelga general

Del 27 de febrero de 1963 al 25 de septiembre del mismo año -7 meses- la República Dominicana gozó del gobierno progresista de mayor limpieza, honestidad y patriotismo que durante toda su historia haya conocido la patria de Duarte y Luperón. El mismo tenía como propósito fundamental: instaurar una democracia social capaz de eliminar el atraso y la pobreza nacional.

Sin embargo, desde el momento mismo del profesor Bosch ascender al poder, los partidos contrarios al PRD desataron una recia oposición, destinada, por un lado, a presionar al gobierno para hacerlo cumplir  sus promesas, como fue el caso del 1J4 y por otro desestabilizarlo, acusando al presidente de corrupto y comunista, con la Unión Cívica Nacional –UCN- a la cabeza.

En efecto, el programa de gobierno del PRD, igual que las ofertas electorales y la nueva constitución, contenían aspectos profundamente democráticos apoyados por los sectores más avanzados de la sociedad dominicana, además de Cuba y Venezuela en el exterior, pero rechazados por la oligarquía internacional y la mayoría de  los  Estados latinoamericanos vergonzosamente sometidos al imperialismo.

Dichas propuestas comprendían  importantes elementos, encaminados a  reformar el Estado y desarrollar una verdadera  democracia social y popular, como eran entre otros: las tiendas del pueblo, la educación laica, las villas de la libertad, la recuperación de los bienes del Estado en manos privadas, las cien tareas de tierra para cada familia campesina, los derechos de los trabajadores a participar en la administración de las empresas donde laboraban, etc. conquistas inaceptables para una oligarquía neotrujillista que aspiraba incrementar sus riquezas mediante la explotación y el robo, lo que bajo el gobierno perredeista de entonces era difícil  lograr.  

La materialización de esas promesas y el mandato constitucional dirigido a mejorar las condiciones de vida de la gente se tardaba de tal modo que  en las clases y sectores medias y pobres se fue creando  un clima de indiferencia absoluta con respecto a la democracia y la suerte que pudiera correr el orden institucional alcanzado, estado de ánimo que afectaba al mismo PRD.

Juan Bosch en debate con el sacerdote católico Láutico García.

Aprovechando esa situación en alianza con sectores atrasados de la iglesia católica, los partidos reaccionarios iniciaron el 4 de agosto de 1963 un fuerte movimiento de descrédito contra el gobierno.

Apoyados en los medios de difusión de entonces, arrastraron a las masas populares a luchas contrarias a sus intereses como fueron:  Participación en los  llamados mítines de “Reafirmación Cristiana”, marchas de las “Mujeres Abanderadas de la Fe Democrática” con cacerolas vacías, toque de bocinas y repiquetear de campanas en las iglesias etc. actividades que lograron paralizar la maquinaria progresista del régimen, que no se atrevió a enfrentar el desafío, que demandaba como respuesta aplicar con el apoyo del pueblo las medidas ofertadas, razón  por las que éste  se deprimió,  perdió la fe y se alejó cada vez más del gobierno y el partido que tantas esperanzas había levantado. Estaba frustrado.

Tan abierta y pública era la conspiración, que algunos partidos que antes habían sido aliados del PRD y que a la sazón eran rivales de su gobierno, sabedores de los peligros que envolvía una conjura contra la Constitución,  pidieron al presidente Bosch  desistir del viaje que tenía proyectado para asistir en Méjico a los actos conmemorativos del  aniversario de su independencia, expresando Horacio Julio Ornes, líder de VRD, que el mismo era: “innecesario, inoportuno, y perjudicial para el propio gobernante y el país.”

El Doctor Armando González Tamayo, presidente en funciones de la República, ante esa advertencia y la opinión generalizada  de que era inminente el golpe de Estado, respondió diciendo: “el rumor de que se está preparando un golpe contra el gobierno forma parte de una campaña que tiene como finalidad crear un estado de intranquilidad en el país”

El 20 de septiembre, cinco días antes del golpe de Estado y después de los estudiantes de escuelas católicas apedrear el Congreso Nacional, los grandes empresarios de la nación,  patrocinaron una huelga general, donde a los pequeños empresarios se les suministraban $100.00 para que se sumaran a la misma y cerraran sus puertas.

El golpe era inminente y sin resistencia aparente. En tal virtud, estimuladas por Joaquín Basanta y por instrucciones del Dr. Peña Gómez, las altas instancias del PRD a contrapelo de la voluntad de Bosch, acordaron  y publicaron un comunicado  que pretendía frenar la acción y cuyas resoluciones decían:

1.- Movilizar nacionalmente toda la militancia del partido manteniéndola  en estado de alerta , lista para hacer frente a cualquier contingencia.

2.- Repudiar enérgicamente las actividades subversivas de sectores de oposición.

Dicho documento lo firmaban por el Comité Ejecutivo Nacional:

Ángel Miolán, presidente; José Fco. Peña Gómez, Sec. General interino; Rafael Gamundi Cordero, Sec. Nac. de Organización; Francisco Andujar, Sec. de Asuntos Sindicales; Thelma Frías; Napoleón Núñez; Manuel Eusebio; Virgilio Gell; Jorge Yeara Nasser; Antonio Martinez. Alfredo Zabulón Díaz  y José Mariano Peña.

Dicho documento fue poco efectivo y los planes conspirativos continuaron con rapidez vertiginosa hasta materializar en pocos días sus criminales propósitos: Derrocar la democracia constitucional y desviar a la nación del camino de su desarrollo popular e independiente. b_gamundi27@yahoo.es  (El autor es secretario general del Partido Revolucionario Social Demócrata, PRSD)

 Santo Domingo, R.D., Martes, 20 de septiembre de 2011.

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