MI VOZ ESCRITA
JORGE HERRERA
El candidato a la presidencia de un país no puede ser un tarado mental, y Danilo Medina no lo es; pero el disparate que en esencia es el lema de su campaña proselitista, habla muy mal de su alegada astucia política. Aunque ha tratado de enmendarlo, ya no hay forma de lograr el efecto deseado. Continuar lo que está bien, a pesar de la subjetividad, es lo único que puede cacarear el candidato del PLD.
Los asesores de Danilo fueron torpes, al embarcarlo en una estrategia irrealizable, y él también, por cuanto le dio patente de corso a un absurdo. La táctica de su lema de campaña: Continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo, con su segunda proposición lo enfrenta al Poder. Danilo no puede señalar los múltiples errores de Leonel, y, ante esa imposibilidad, “compra sin querer un boomerang”.
A lo anterior, hay que agregar que su oblicua mirada le resta mucho a su verdad; a la gente le gusta que se la mire de frente, y ni los anteojos han logrado el milagro. El estrabismo también afecta su apariencia, pero poco importaría si su discurso fuera coherente. “Saber nadar y guardar la ropa” siempre ha sido difícil, mucho más si el nado es contra la corriente. Y ese es el caso de Danilo.
Sin embargo, Francisco Javier García, parecería que quiere hundirlo más en el pozo del fracaso. Se empecina en proclamar un pánico en el litoral perredeísta que sólo existe en él, Danilo, Leonel y Margarita, por razones de peso y de pesos.
Todo tiene un límite. “Se les fue la mano”, y eso ocasiona un alto e ineludible costo político, que además determina dónde y por qué hay exasperación. Mientras, Hipólito avanza como tromba marina sobre las olas de su espanto, sin que haya fuerza terrenal que impida su justo regreso al Poder.
Santo Domingo, R.D., viernes, 03 de febrero de 2012.
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