martes, 22 de mayo de 2012

Futuro incierto





Luis Pérez Casanova 

Cuando Bill Gates vaticinó el ocaso del papel, para esas generaciones que se han formado en la tradición de libros y periódicos impresos resultaba tan cuesta arriba que costaba darle crédito. Sin embargo, el tiempo no ha tardado en ponerse de su parte. 

La prensa escrita no sólo ha perdido mercado, sino que, como reconoció el veterano periodista español Juan Luis Cebrián, vertebra cada vez menos opinión pública. Y en cuanto a los libros el mercado tradicional se achica cada vez más, en tanto se abre paso el “kindle” y otros sistemas digitales de lectura, que resultan más económicos y prácticos. Pero el desafío de los periódicos es más ingente que el de los libros. Todavía logren que su contenido conecte con el interés de los lectores, la prensa escrita tiene que lidiar con un proceso de elaboración, impresión y distribución que encarece los costos de producción. A esos costos se agregan factores como el hecho de que cuando un periódico llega a Santiago ya su contenido se conoce a través de Internet. Sin hablar de la competencia que, a diferencia de la radio y la televisión, representan las redes sociales; medios que, según Cebrián, fueron determinantes para que el Rey de España se disculpara por el accidente que sufrió mientras cazaba elefantes en África. 

Las redes se han tornado más eficaces a la hora de transmitir una noticia, además de los mordaces comentarios, que jamás encontrarían cabidas en los medios escritos, que suelen causar tantas ronchas. Una noticia se puede conocer por diversas fuentes antes de que llegue el periódico, aún sea gratis. 

Ahora, el eventual ocaso de la prensa escrita no significa, como advirtió la veterana periodista española Soledad Gallego Díaz, el fin del periodismo. Los periódicos digitales, que hoy son una realidad en el mundo, son elaborados por profesionales de la comunicación que se rigen bajo reglas que mercenarios e intrusos no han podido hacer desaparecer.

Santo Domingo, R.D., martes, 22 de mayo de 2012.

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