Por Narciso Isa Conde
La gran burguesía trasnacional, sus ejércitos y policías,
sus partidocracias…conforman el poder que controla y domina violentamente a una
humanidad que se resiste y se indigna frente a sus opresores designios.
Es un poder explotador, opresor, excluyente de las
mayorías. Un poder asesino de seres y naturaleza. Militarista-guerrerista,
clasista, machista, racista, adulto- céntrico, ecocida….
Y desgraciadamente
en esta hermosa república caribeña contamos con una dominación a imagen y
semejanza de ese poder transnacional; destacadas las lacras propias de su
conformación particular a través de la conquista, la colonización y la
recolonización imperial, el patriarcado virulento y otras modalidades de
opresión-discriminación prolongadas en el tiempo.
-Corporaciones depredadoras y saqueadoras.
-Burguesía dependiente voraz, mafiosa y empobrecedora.
- Partidocracia gansterizada.
-Fuerzas Armadas, Policía, DNCD, DNI…despóticas, corrompidos,
torturadoras, criminales…
-Estado, partidos y elites empresariales impregnadas de una
cultura clasista, racista anti-haitiana y autoritaria.
-La mujer concebida como propiedad del capital y del
hombre, trabajadora con jornada no pagada, instrumento de placer y mercancía
sexual.
-Predominio del patrón estético blanco-occidental en una
sociedad mulata.
Así, las muertes
crecientes por explotación y exclusión social, enfermedades evitables,
violencia policial-militar, racismo, violencia de género… son productos
inducidos por las esencias de esta dominación.
Los asesinatos de jóvenes pobres (negros/as, mulatos/as…),
las redadas y extorsiones policiales en los barrios humildes tienen una razón
de Estado y de poder.
Como también la cultura capitalista-patriarcal es
determinante de la ascendente ola de femenicidios, reproducida permanentemente
por la propaganda comercial, telenovelas, películas y series de televisión;
expandida por las composiciones musicales preeminentes, la formación escolar y
societal, y las aberraciones de las grandes cadenas de la comunicación.
Este poder emana sangre y lodo por más simulaciones y
remiendos que promocione a través de magras políticas públicas y departamentos
marginales, cercados por la ideología dominante.
Campañitas van y compañitas vienen sin que el río de
sangre y dolor de oprimidos y oprimidas disminuya.
Ríos de sangre y de dolor que no se explican con términos
como “violencia intrafamiliar”, “crímenes pasionales”, “subdesarrollo”,
“micro-trafico” “drogadicción”, “trastornos de personalidad”…
Es hora de que apuntar a la médula del problema, de crear
contrapoder y energías anticapitalista, antipatriarcal, antirracista… contra esa
amalgama ideológica perversa y ese
accionar destructivo.
Es hora de pensar en un poder popular, un poder social,
que nos permita avanzar hacia la existencia del no poder y la plena
emancipación.
Santo Domingo, R.D., miércoles, 25 de julio de 2012.
http://presenciadigitalrd.blogspot.com/2012/07/femenicidios-y-poder-criminal.html
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