Danilo Cruz Pichardo
(d_cruzpi@yahoo.es)
El ingeniero Hipólito Mejía, ex presidente de la República y líder del Partido Revolucionario Dominicano, sometió recientemente por difamación e injuria al senador por la provincia Peravia, Wilton Guerrero, quien vinculó al dirigente opositor a un cartel del narcotráfico mexicano, en la pasada campaña electoral.
La imputación del legislador, en su momento, fue interpretada como política en el electorado nacional. Ni siquiera desde el litoral oficialista se le otorgó crédito, lo que afectó la imagen de un hombre que había ganado prestigio enfrentando a sectores tenebrosos de la sociedad dominicana, pero que en este caso se le fue la boca.
El senador Guerrero no ocasionó daño a Mejía. El daño se lo hizo él, porque a partir de entonces su credibilidad no es la misma. Siendo así, ¿qué busca el antiguo presidente yendo a la Suprema Corte de Justicia, que es la jurisdicción que le corresponde al congresista? ¿Y esa no es la misma corte que él cuestionó la idoneidad de algunos de sus miembros?
Mi consejo es que desista de esa demanda, porque hasta ganándola pierde. Es que su nivel político es de primera fila, por haber sido presidente, candidato en tres oportunidades y líder de la principal organización política nacional.
Hacerlo sería bajar de nivel, asistiendo a audiencias conducidas por politiqueros que se hacen llamar magistrados. Hipólito sabe que no son jueces y se expondría, inclusive, a ser irrespetado y desconsiderado, lo que sería información de primera para nuestra prensa.
No todos los pleitos se echan, aunque se haya pretendido dañar reputación. La gente ni se recordaba del atrevimiento del legislador. La propia prensa había archivado el tema, pero Hipólito se encarga ahora de revivirlo llevándolo a la “justicia dominicana.” ¿A sugerencia de quien?
El senador banilejo alega que no difamó al presidente Mejía. De ahí a retractarse la distancia es corta. Quizás no lo haga para no quedar como mentiroso, pero todos los seres humanos se equivocan y ese sería un pretexto válido para un arreglo amigable. Hacer lo contrario sería un error.
Santo Domingo, R.D., jueves, 19 de julio de 2012.
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