Teódulo Antonio
Mercedes
Sudáfrica es un país ubicado
en el extremo sur del continente africano. Conocido en la República Dominicana,
por ser la patria de uno de los prisioneros con mayor tiempo encerrado por una
dictadura, de igual manera, por ser el país de la cantante Miriam Makeba y
lugar escogido por el depuesto presidente haitiano Jean Bertrán Aristy, para su
permanencia, luego de su derrocamiento en la vecina republica de Haití.
Su nombre reconocido
oficialmente es República de Sudáfrica y a diferencia de las mayorías de las
naciones cuenta con tres capitales, Pretoria, sede del Poder Ejecutivo,
Bloemfontein, sede del Poder Judicial, y Ciudad del Cabo, sede del Poder
Legislativo.[]
Posee 2.798 kilómetros de
costa en los océanos Atlántico e Índico. Teniendo frontera con las naciones de[
Namibia, Botsuana y Zimbabue, y al este con Mozambique y Suazilandia. Con una
población de 49.320.000 millones de habitantes es conocido por su diversidad de
culturas, idiomas y creencias religiosas, por lo que se le conoce como la
nación del arco iris. Once idiomas son oficiales por la Constitución de
Sudáfrica. Dos de ellos de origen europeo: el afrikaans, idioma que proviene
directamente del neerlandés y es hablado por la mayoría de los habitantes de
raza blanca y por los mestiza, y el inglés el cual tiene un importante rol en
la vida pública y comercial, pero desde el punto de vista del parlante, es el
quinto idioma por hablantes.
Su historia conocida se
inicia con el portugués Bartolomé Díaz en 1487 quien fue el primer europeo en
alcanzar el punto más meridional de África, y lo denominó Cabo de las Tormentas
debido a la situación climática encontrada en el lugar.
Dicho viaje, una odisea en
ese entonces, fue inmortalizada por el meritísimo poeta portugués Luís de
Camões en el poema épico Os Lusíadas.
Desde el punto racial, este
gran país tiene el 79,5% de la población es de ascendencia negra, la cual está
dividida en diferentes grupos étnicos que hablan diferentes lenguas bantúes,
siendo nueve oficiales. El porcentaje, sin embargo, es el más bajo del África
subsahariana, por tener 9,2% de raza blanca, de origen holandés (bóers) o
británico. Un 8,8% llamado coloured, descendientes de los bóers blancos y
esclavos de origen malayo o africano. El último grupo es el de los asiáticos
(indostaníes en un 91%) que representan el 2,4% de la población. De los cuatro
grupos, solo la población blanca se está reduciendo debido a la baja tasa de
fecundidad y a la emigración Europa, América del Norte y Oceanía. Durante los
últimos años producto de la política implementada ha habido signos de que
algunos de estos emigrantes han empezado a volver, según los más recientes
informes del instituto de estadística de Sudáfrica (StatsSA) el número de
blancos primera vez entre 2009 y 2010 y 2011.
Su pasado colonial se
inicia, según algunos historiadores, el 6 de abril de 1652, cuando Jan Van
Riebeeck, estableció un puesto de avituallamiento para la compañía holandesa de
las Indias Orientales. Dichas actividades de los habitantes se fue extendiendo
lentamente, principalmente bajo la soberanía holandesa, los cuales con el
tiempo se toparon con los pueblos Xhosa en expansión en la región del río Fish.
Dicho contacto produjo con
los nativos las guerras de Fronteras del Cabo, originadas por conflictos por la
tierra y los víveres.
Como la economía
desarrollada por los holandeses estaba en expansión, para aliviar la escasez de
trabajadores, se trajeron esclavos de Indonesia, Madagascar e India. Los
descendientes de estos esclavos, que a menudo se casaron con colonos
holandeses, fueron luego clasificados como mestizos del cabo y malayos del
Cabo, constituyendo casi la mitad de la población de la provincia del Cabo
Occidental. Al final del siglo XVIII en el año 1797, los ingleses se apoderaron
en el país, lo que provocó la emigración de los holandeses a la zona central de
la región conocida como Highveld, donde formaron cuatro repúblicas. Los
holandeses, conocidos como los Boers (granjeros), tuvieron dos guerras con los
británicos, llamadas guerras Anglo-Boers, que terminaron en la derrota de éstos
y de sus repúblicas independientes.
En 1910, las cuatro
principales repúblicas de la región se unieron configurando la Unión
Sudafricana. A los pobladores de raza negra no se les dio el derecho de voto en
esta república y la falta de derechos de los negros, los denominados
"hombres de color" y asiáticos continuó erosionando el concepto de
Unión.
Los descendientes de los
colonos blancos siempre constituyeron una minoría entre los africanos de raza
negra. Después de la Segunda Guerra Mundial los blancos dictaron sus reglas
racistas a través del Apartheid, mediante una serie de leyes que establecían la
segregación racial.
El camino al estado
democrático llegó tarde en esta parte de África, el aislamiento y la repulsa
internacional en época moderna, erosionó la base política del régimen perverso
de segregación racial y en 1989 se produjo un golpe palaciego dentro del
partido gobernante, Partido Nacional, por lo cual el Presidente Pieter Botha
fue desplazado por Frederik De Klerk, quien con una mejor valoración de la
correlación de las fuerzas internacionales, logró convencer a las fuerzas
dominantes de la imposibilidad de mantener dicho régimen y logró, por medio de
acuerdos honorables, el desmantelamiento gradual del Apartheid y el
levantamiento de las prohibiciones que pesaba sobre el Congreso Nacional
Africano, partido de las mayorías negras y otras organizaciones políticas de
izquierda.
Se liberó a Nelson Mandela,
tras 27 años de prisión, y en un referéndum llevado en el año 1993, los blancos
aceptaron otorgarle el derecho al voto a la mayoría negra, y al año siguiente,
se realizaron las primeras elecciones democráticas del país. Nelson Mandela fue
electo presidente por mayoría absoluta en representación del CNA, partido que
se ha mantenido en el poder desde entonces.
La transición democrática se
vio facilitada por un proceso único de la reconciliación, para lo cual se fundo
en 1995 la Comisión para la verdad y la reconciliación presidida por el premio
Nobel de la Paz (1984), el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Desmond
Tutu. La Comisión examinó los delitos graves contra los Derechos Humanos
cometidos por todas las partes bajo el Apartheid, y podría conceder la amnistía
a los criminales.
A pesar del fin del
Apartheid, millones de sudafricanos negros continúan actualmente viviendo en la
pobreza, en parte, a causa de los problemas heredados del régimen del Apartheid
y debido también a que los gobiernos post-Apartheid no han intervenido en los
problemas económicos y de salud de la nación, ejemplo de esto, es el espinoso
problema de la tierra, donde actualmente el gobierno está empeñado en realizar
una vasta reforma agraria para aliviar la tensión social y las desigualdades
raciales. Dicha reforma consiste en la devolución de tierras por parte de los
blancos a los negros, a los cuales se las arrebataron en la época colonial (el
80% de las tierras cultivables aún están en manos de los blancos, 18 años
después, solo el 10% de las tierras han sido devueltas).
Sobre la salud, según los
organismos internacionales, es el país del mundo con mayor número de infectados
por VIH/SIDA, lo que unido a una baja tasa de natalidad para los estándares
africanos (2,16 hijos por mujer), ha hecho que su población haya disminuido
durante 2003, según el CIA World Factbook.
El futuro de Sudáfrica
parece incierto. La alarmante ola de criminalidad (50.000 homicidios por año,
proporcionalmente, 8 veces más que en EE. UU.) y la nueva legislación creada
por el CNA, que prohíbe a los blancos ocupar numerosos puestos de trabajo,
ahora reservados a los negros, y el enriquecimiento de parte de la cúpula del
CNA a creado la sensación de que el CNA no ha sabido gobernar bien el Estado,
lo que produce fricciones dentro del partido mayoritario y provoca descenso
entre su numerosa militancia quienes comienzan a considerar que los oprimidos
de ayer, son los opresores de hoy.
Sudáfrica es también un país
en el que existen grandes desigualdades entre los distintos grupos sociales;
mientras su economía es la más potente e importante del continente africano, ya
que acapara casi un 25% de todo el PIB de continente, y desempeña un papel
importante en el desarrollo de la región.
Aproximadamente una cuarta
parte de la población sudafricana se encuentra desempleada[ y recibe menos de
1.25 dólares al día.
Continuando la industria
armamentista y la minería como los pilares económicos que conducen su
economía.[
La minería ha sido la
principal causa por la cual el país está dentro de las grandes economías
mundiales. Ella comienza con el descubrimiento de diamantes a orillas del río
Orange en 1867. Luego, la extracción de oro haría famosa en la región de
Witwatersrand, dando origen a la fiebre del oro de 1886. Ciudades como
Kimberley, surgieron gracias a la explotación de recursos mineros en la zona
norte del país. A partir de 2007, la industria minera según estadísticas cuenta
con 493.000 trabajadores.
Las minas de Sudáfrica son
las mayores productoras de platino del mundo, el quinto de oro y uno de los
mayores exportadores de diamantes. También ocupa puesto de importancia en la
explotación de recursos como fosfatos, uranio cromo, antimonio, manganeso,
níquel, cobre, vanadio, sal y gas natural.
El 17 de agosto del 2012 se
produjo una masacre en la mina Marikana, perteneciente a un emporio inglés
productoras de platino Lanmin, los trabajadores quienes reclamaban mejores
condiciones de trabajo, fueron asesinados por un grupo de policías, no
entrenados para esa clase de disturbios, armados con fusiles automáticos y
ametralladoras, pereciendo en el incidente 34 trabajadores mineros, siendo la
peor masacre desde el fin del Apartheid. La exigencia salarial así como el
incidente, llegan en un momento inapropiado para los propietarios ingleses,
puesto que producto de la crisis económica europea y norteamericana, los
precios del mineral han descendido, lo que ha forzado a la compañía a recortar
gastos ante una caída del precio del platino.
Pero incidente de esta
magnitud reflejan que la transición del régimen necesita un nuevo impulso
económico y político para profundizar en el cambio que, desde el perdón y la
convivencia que propugnara Nelson Mandela, puso fin al régimen del Apartheid.
Ya el 10 de agosto hubo unos
violentos encontronazos entre representantes de los dos principales sindicatos
en Marikana que se saldaron con la muerte de 10 personas, entre ellos dos
policías.
La violencia, desigualdad y
la corrupción junto al desempleo, son cánceres que corrompen el sistema. Las
medidas que permitan una participación racial más equitativa no han funcionado.
Esta situación ha llevado a incrementar las demandas de nacionalizaciones y a
radicalizar el discurso político, lo cual se manifiesta en divisiones en el
partido Congreso Nacional Africano, lo que incide de manera directa en los
grupos sindicales y la formación de los mismos.
El desarrollo basado en la
exportación de materias primas no es suficiente en la Sudáfrica del presente,
mucho menos en la del mañana.
El desencanto manifestado
por los trabajadores, no solo se externa por los míseros salarios que reciben,
sino cuando observan que un sindicalista ligado a la cúpula del partido de
gobierno, gana 25 veces más que un minero de frente de extracción, lo que
fragmenta la unidad sindical.
Por ese motivo, en ese
centro laboral aparecen dos estructura sindical, la NUM amarilla y la AMCU, de
nueva procedencia obrera, cuestionadora de la política del partido de las
grandes luchas libertarias.
Diamante genuino encontrado en la mina Letseng, en Lesotho,un pequeño pueblo de África.
La NUM igual que otros
sindicatos que hace 20 y 30 años estaban en la vanguardia de la lucha contra el
Apartheid, como el Gobierno del Congreso Nacional Africano, han perdido el
contacto con lo que día a día producen la riqueza, han perdido la senda de sus
orígenes y hoy forman parte del empresariado.
Por eso Cyril Ramaphosa, el
fundador de la NUM en 1982, negociador número uno del CNA durante la transición
a la democracia, a principios de los noventa, ahora es miembro de la junta
directiva de Lonmin. Un favorito de Mandela en su día, y para muchos ,el que
debería de haberle sustituido cuando dejó la presidencia, no solo es figura de
peso en la NUM, sino uno de los barones más influyentes del CNA.
La revuelta de los mineros,
constituye una clarinada para el futuro de la nación africana, porque cuestiona
la esencia del nuevo régimen cuyo estancamiento es incuestionable y llama para
que se vea si la conducción actual es capaz de moverse y cambiar los hábitos
perniciosos que los revolucionarios de ayer adquirieron hoy, en su paso por el
poder y convertirse en lo que Mandela anunciaba cuando salió de la cárcel:
“Sirvientes del pueblo”. O si la corrupción política y moral es tan profunda
que hace imposible recuperar las virtudes y enseñanzas pérdidas, para retomar
la lucha por las libertades sociales y económicas en otra circunstancia y otro
desarrollo social. (El autor es ingeniero minero)
Santo Domingo, R.D., jueves, 30 de agosto de 2012. Santo
Domingo
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