BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
¿Qué es lo bueno, qué es lo malo, cuál es el parámetro
para medir una conducta y otra? ¿La ley? ¿Los mandatos religiosos? ¿Las
interpretaciones de las actitudes de sacerdotes de cualquier iglesia sobre
leyes que defienden actitudes y situaciones humanas que en nada tienen que ver
con los asuntos puramente religiosos?
¿El hecho de que una conducta esté regulada, de manera
mecánica, por una ley, da a esa regulación y su aplicación la calidad de buena,
la condición de justa?
¿Qué es la justicia? ¿Acaso la justicia es la
administración de la ley? ¿Son administradas las leyes con justicia? ¿Hasta
dónde el dinero y el poder permean, corrompen la administración de las leyes?
¿Es igual ser defendido ante los tribuna\les por un abogado de 50 años, con 20
de ejercicio profesional, residente en Los Minas, que por un abogado de una
oficina de renombre, o un abogado independiente de grandes conocimientos y
muchos éxitos profesionales?
Revisar conductas, actitudes, leyes, tomar en cuenta
circunstancias propias de la civilización actual que se desconocían cuando
fueron escritos muchos códigos, es una tarea de adecuación y actualización que
no se ejerce como se debe, con la profundidad y la serenidad que conlleva tan
importante actividad legislativa.
Día tras día vemos cómo la ley es tan arbitraria, en
muchos casos, como en los tiempos de la Ley del Talión.
El presidente Danilo Medina designó al doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho) al frente de la recién creada Dirección de Ética e Integración Gubernamental.
Ejemplos sobran de personas, pueblos, sociedades, que
acogotados por situaciones de hecho o de derecho, que hacen la vida
insoportable, deciden actuar como aquel pueblo que eliminó al Comendador y
cuando le preguntaron, Benavente respondió que lo había muerto Fuenteovejuna,
todos a una.
Los que mandan, rodeados por sus áulicos, confunden la
gimnasia con la magnesia y termina en el inodoro de la historia llenos de
inmundicias.
En dos pueblos de España, en un caso con un diputado a la
cabeza, decenas de personas entraron a sendos supermercados a buscar alimentos
porque la situación de aquel país es insoportable. Hablo de España, un país
desarrollado, del primer mundo.
Años atrás en Argentina se produjeron asaltos colectivos
a supermercados, en procura de alimentos que fueron cargados sin que nadie se
atreviera a enfrentar la indignada y hambrienta multitud. Argentina es uno de
los países que más granos y carnes produce.
¿Es justo que una persona, que un grupo de personas sea
sometido al hambre?
¿Es justo, aunque sea legal, que una joven preñada
muriera porque una imposición contenida en la Constitución prohíbe el aborto
aunque se sepa que no practicarlo cobrará una vida?
¿Usted cree que el gobierno perseguirá la corrupción
pasada y la que venga?
Vea los nombramientos y oiga la algarabía
¡Noooooooooooooooooooooooo!
Santo Domingo, R.D., sábado, 25 de agosto de 2012.
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