miércoles, 3 de octubre de 2012

2,920 días


Julio Cury

2,920 días no han sido suficientes para que el doctor Vincho Castillo ceda a la tentación de la mujer de Lot y fije la vista hacia delante. Parecería que el calendario se detuvo en su vida o que durante los últimos 8 años estuvo fuera del país, porque insistir en la pertinencia de acusar a los responsables de presuntos actos de corrupción en la administración de Hipólito Mejía, es una parodia infantil de moralidad.

El único encanto del pasado es que es pasado, pero apuesto a que no es por eso que el “ministro de la ética” ha optado por vivir en un oscuro recodo del cuatrienio 2000-2004. Y es que lo que ocurrió en este país del 16 de agosto del 2004 hasta el reciente ascenso de Danilo Medina, no tuvo madre. Ni dos ni tres fueron los funcionarios que metieron sus brazos hasta las axilas en las arcas públicas sin que escuchásemos a Castillo denunciar. En sus propias narices le hicieron coca al erario, pero él no hizo más que morderse la lengua y seguir mirando hacia atrás.

Tampoco le importó que un exministro, inspiración de unas tiras cómicas, hiciese gala descarada de su meteórico ascenso económico impulsado por el raudal de negocios turbios que hizo. Castillo, que tuvo oportunidad de contraer un efímero matrimonio con la gloria, se mantuvo mudo, cruzado de brazos ante aquel espectáculo de peculado. Y ahora, en lugar de repudiar la indignante pensión que se asignó Ng Cortinas, la justifica, y peor todavía, le exhorta a Domínguez Brito a que desengavete 34 míticas auditorías hechas en el gobierno del PRD. ¿Lo escuchamos acaso reclamarle a la Cámara de Cuentas que audite los 5 últimos años del Ministerio de Obras Públicas? En absoluto; para él la corrupción está teñida de blanco. ¡Qué pena! Si tan solo él pudiera convertirse en espectador de su propia vida, quizás hiciese algo para dejar de torturarnos tanto.

Santo Domingo, R.D., miércoles, 03 de octubre de 2012.

http://presenciadigitalrd.blogspot.com/2012/10/2920-dias.html

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