lunes, 15 de octubre de 2012

E Pluribus Unum “El primer presidente latino”


Por Raúl Yzaguirre
Embajador de los EE.UU.

Como dijera una vez un líder hispano estadounidense, el primer presidente latino de los Estados Unidos ya nació. El o ella bien podría estar hoy cursando la secundaria o la universidad, o tal vez se está desempeñando como político.  Lo importante es que a mí no me cabe la más mínima duda de que esa persona ya está entre nosotros.

Es más, si las convenciones republicanas o demócratas de 2012 han de servir de guía, el día en que se elija un presidente latino puede estar más cerca que lejano.  Durante las convenciones celebradas recientemente se destacaron estrellas nacientes de la comunidad hispana.  El senador Marco Rubio, de la Florida, habló durante la Convención Republicana sobre la vida de su abuelo en una zona rural de Cuba, y el difícil camino que tuvieron que trillar sus padres como inmigrantes en los Estados Unidos.  El Alcalde Julián Castro, de San Antonio, Texas, pronunció el discurso principal de la Convención Demócrata.  Habló con gran sentimiento sobre su abuela, quien llegó a los Estados Unidos huérfana, y quien trabajó toda su vida como criada, cocinera y niñera.  Jamás se hubiese imaginado, dijo Castro, que un día su nieto sería el alcalde de la séptima ciudad más importante en tamaño de los Estados Unidos y que sería elegido para pronunciar las palabras centrales de la Convención Nacional Demócrata.  Tanto los comentaristas como los forjadores de opinión en los medios de comunicación, de todos los partidos políticos, felicitaron a Rubio y a Castro por las palabras pronunciadas.  Algunos hasta llegaron a sugerir que los dos podrían encontrarse cara a cara en una futura contienda electoral para la presidencia estadounidense.

Ha quedado claro que ya pasaron los días en que la presidencia de los Estados Unidos era un club privado limitado a los hombres blancos, anglosajones y protestantes.  John Fitzgerald Kennedy fue el primero que rompió la barrera.  Aunque en la actualidad es difícil imaginarlo, en el 1960 – cuando se lanzó para participar en la contienda presidencial de ese año – muchos cuestionaron si la presidencia de la nación se le podía confiar a un católico.  Otras barreras también se han derrumbado.  En el 1984, Walter Mondale, el candidato demócrata para la presidencia, eligió a Geraldine Ferraro como su compañera de boleta, convirtiéndose en la primera mujer en aparecer en la boleta presidencial de los principales partidos políticos.  En el año 2000, el compañero de boleta de Al Gore fue Joseph Lieberman, judío, y el primer candidato no cristiano que participó en unas elecciones nacionales.  Y claro, en el 2008 Barack Obama se convirtió en el primer afro-americano en ser elegido presidente.

Este año pasará a la historia, sin duda alguna, como uno de los procesos electorales estadounidenses donde se presentan los más diversos candidatos.  Por ejemplo, el contrincante de Barack Obama, elegido por el Partido Republicano, es el mormón MittRomney.  Y los dos candidatos vicepresidenciales fueron criados como católicos.  Para mí, lo que es realmente increíble no es sólo la diversidad de los candidatos, sino la rapidez con que los estadounidenses han aceptado la diversidad.

Así como los católicos, las mujeres, los judíos y los afro-americanos y, ahora, los mormones, han hecho historia ubicando sus nombres muy arriba en las boletas presidenciales, otros grupos también se están preparando para participar en la política nacional de los Estados Unidos.  Dos gobernadores republicanos tienen raíces en el Sur de Asia.  Políticos gays y lesbianas desempeñan papeles principales en el Congreso de la nación.   Y, con cada vez más frecuencia, los líderes musulmanes están empezando a jugar un papel activo en las políticas de sus comunidades y a nivel nacional.

Pero, la gran noticia se encuentra dentro de la comunidad hispana, la cual representó el 15.5% de la población estadounidense en el 2010.  Se proyecta que para el 2050 ese número representará el 25% de la población.  La comunidad hispana en los Estados Unidos desde hace tiempo se le conoce por su enfoque en la familia, apoyo en la comunidad, tradiciones religiosas sólidas y con énfasis en la educación y en el trabajo duro para poder obtener una mejor vida.  Estos son los valores, creo yo, que todas las comunidades en los Estados Unidos entienden y abrazan.

Santo Domingo, R.D., lunes, 15 de octubre de 2012.

No hay comentarios:

Translate