Eduardo Álvarez
El presidente Danilo Medina está gobernando rodeado mayormente de funcionarios que no le corresponden. A decir verdad, no ha logrado crear una identidad propia. Un publicista diría que este es una administración con una marca prestada, en vista de que no termina de diseñar la propia. Es evidente que el fantasma del pasado gobierno, cuando no lo entorpece, le impide establecer un sello particular, distinto. Se trata, por lo visto, de un proyecto continuista, en el que Leonel Fernández sigue siendo la figura central. Si faltaban algunos detalles para patentizarlo, el propio Fernández se encargó de hacerlo esta semana justificando un déficit fiscal provocado por él.
Desandando sus pasos, no pudo ser más cínico y fabulador al culpar al gobierno el PRD del tollo financiero heredado por Danilo, con visos de peculados, inexplicablemente encubiertos aún. Oportunidd de oro para detectar las causas. Escuchando a Fernández uno llega a cree que sigue en Palacio. Ni por cortesía menciona al su sucesor, a pesar de ser su propio partido. El viejo Demetrio y los fariseos tienen mucho que aprender de este sofista, al que Gorgias envidiaría, no por suavizar duras verdades, sino más bien por su asombrosa capacidad de mentir, incluso frente las evidencias más irrefutables.
Resulta sospechoso, asimismo, que haya salido a defender su gobierno, no al de Danilo, para justificar un incremento en los impuestos, atribuyendo a la clase media una bonanza inexistente. “No me defienda, compadre”. A nadie le sorprendería verlo reunido con empresarios, para recordarles -quién sabe-, que todavía “la pata pone adonde ponía”, y que si “veinte años no es nada” cuatro pasan volando, sobre todo si el que está en el poder no resuelve. Con las manos atadas, nadie.
El entonces presidente de la República y actual presidente del PLD cuando tomaba el juramento al candidato y hoy presidente de la de la Nación dominicana, Danilo Medina.
Este el drama que afecta y acepta al presidente Medina, con penosas consecuencia para toda una población que no termina de salir de la pesadilla que creía superada el 16 de agosto pasado. La imposición de un gabinete de corte leonelista es parte de ese tinglado que opera con la colaboración o aprobación del propio Medina y los caballos de Troya introducidos en el PRD. Miguel Vargas tiene mucho que explicar sobre esta trama.
Plan de perpetuidad que parece perfecto, descontando por supuesto la resistencia que tales acciones provocan en una sociedad como la nuestra, que siempre ha dado la debida respuesta a los abusos de tiranos abiertos y encubiertos. El PLD estaría abrigando la posibilidad de convertirse en un partido único, con lo cual cierra el proceso de conformación de un régimen despótico.
El esquema o réplica trujullista estaría consumado con la implantación de presientes títeres, alternados en lo que vuelve el tirano. ¿No será estos lo que estaría procurando el Comité Político del PLD, impidiendo que el presiente Medina conforme su propio gobierno y estilo? Una dictadura se basta con solo gobernante. Que sepamos, la cúpula morada no había sido tan diligente y eficiente como lo ha sido ahora, bajo el liderazgo del expresidentes Fernández.
Santo Domingo, R.D., domingo, 14 de octubre de 2012.
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