Por TONY PINA
‘Mi hermano no murió, a él lo mataron; y su muerte no puede quedar impune’, es una expresión que no sólo encierra impotencia, sino dolor y mucha indignación, pero los gritos de desesperanza, de dolor, por la muerte de un ser humano hace mucho tiempo que no tienen sentido donde una vida humana tampoco tiene sentido.
Pero Elda Bersano, venida envuelta en un mar de lágrimas desde Italia para públicamente reclamar castigo para los asesinos de su hermano Aldo, con antelación sabe muy bien que su grito de dolor es un grito de desesperanza, de angustia, de tristeza, en un país inhumanamente habitado.
Aldo Carlo Bersano Bay posiblemente pensó que hallaría en el Caribe un paraíso terrenal cuando decidió establecerse en Bayahíbe, La Romana, pero ese día no reparó en que comenzaría a cavar su tumba: lo mataron el 17 de octubre de 2013 en circunstancias tan impunes que aún sus asesinos andan sueltos como si a quien mataron no hubiese sido una vida humana.
Mayor General Manuel E. Castro Castillo, jefe de la Policía Nacional RD.
Elda dejó el lunes pasado a sus hijos, su trabajo para emprender el largo vuelo desde Italia y reclamar ante las autoridades nacionales justicia en el asesinato de su hermano. Ella no concibe que exista un país donde maten impunemente a un ser humano y, pese a que pasan los días, pasan las semanas, pasan los meses (diez meses han transcurrido), ni por asomo, ni por formalismo ni por convencionalismo diplomático, el crimen de su hermano haya sido investigado.
Aldo Carlo Bersano Bay.
Una Policía que silenció el crimen, por la táctica más criminal que el mismo crimen y que consiste en no divulgar el hecho para no ‘espantar’ a los turistas, ¿va ahora a investigar un asesinato que en La Romana -y más aun en Bayahíbe, un pobladito de playa de cuatro calles- sabe con lujo de detalles quiénes, por qué y cómo mataron al turista italiano?
Si los leones fueran encarcelados por los crímenes que cometen en la selva en contra de las especies inferiores que implacablemente atacan, entonces Elda tendría la esperanza de que el asesinato de su hermano Aldo Carlo Bersano Bay no quedaría impune.
Santo Domingo, R.D., viernes, 11 de julio de 2014.
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