lunes, 19 de abril de 2010

Abril: un faro que se apaga




Euclides Gutiérrez Félix



Juan Bosch, desde Puerto Rico, habló inmediatamente después de juramentarse el coronel Caamaño como Presidente Constitucional de la República en Armas, cuando la intervención militar de Estados Unidos se había convertido en un episodio de repercusión internacional, cuya ocurrencia continuó alineando gobiernos y pueblos en defensa de la soberanía y dignidad de la nación, pequeña, asentada en más de la mitad de la isla de Santo Domingo, en la cual la mayoría de sus habitantes apoyaban el movimiento que se había iniciado el 24 de abril de 1965, para restablecer la vigencia de la Constitución de abril de 1963 y el gobierno que presidía el ilustre escritor y maestro. En su intervención, Juan Bosch dijo que la mayoría del mundo apoyaba al pueblo dominicano y que la voz en su defensa que más se distinguía era la del General Charles de Gaulle, presidente de Francia y el último gran héroe vivo de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente Johnson, junto al agresivo grupo de funcionarios, bautizados con el nombre de Halcones, comenzó a sentir el rechazo y la oposición de gobiernos de Hispanoamérica y de posiciones asumidas por sectores de esos países, de las cuales es necesario históricamente citar dos: el rechazo del gobierno militar del Ecuador, presidido por el Almirante Ramón Castro Jijón, que condenó la intervención y respaldó a nuestro pueblo; y la viril valiente y responsable actitud de las Fuerzas Armadas de Venezuela, que en apoyo al gobierno de Rómulo Betancourt, cuando los estadounidenses requirieron la participación de Venezuela en la mal llamada Fuerza Interamericana de Paz, a través de oficiales de rango superior hicieron pública esta admirable respuesta: “Cuando los ejércitos venezolanos han salido de sus fronteras geográficas, ha sido para llevar la libertad y la democracia a otros pueblos, nunca la opresión”.

Fernandez Dominguez y Juan Bosch (del archivo de Raffi Genao)


El 19 de mayo, en el intento de ocupar el Palacio Nacional, atacados arteramente por soldados estadounidenses, fueron muertos en combate Rafael Fernández Domínguez, Juan Miguel Román, Ilio Capozzi, Euclides Morillo y José Jiménez; el primero Fundador y líder del Movimiento Militar Constitucionalista y ministro de Interior del Gobierno de la República en Armas; el segundo, jefe Militar del Comité Central del Movimiento Revolucionario 14 de Junio; el tercero, de nacionalidad italiana, héroe de la Marina de Guerra de su país y de extraordinaria actuación en la Segunda Guerra Mundial, oficial de la Marina de Guerra Dominicana e Instructor de los Hombres Rana; el cuarto, ayudante de Juan Miguel Román, valiente patriota y militante revolucionario; y quinto, José Jiménez, militante del 14 de Junio. En ese ataque al Palacio cayó herido Norge Botello, comandante y Miembro del Comité Central del 14 de Junio.

¡Alea Jacta Est! La valiente resistencia de los dominicanos, el repudio a la intervención y las denuncias que llenaron las páginas de los periódicos y las emisoras de radio y televisión, en América, Europa y Asia, obligaron a los yanquis a buscar una salida negociada que no fuera la intención absurda de aplastar y derrotar a los defensores de la soberanía, quienes solamente cumplían un mandato de su personalidad histórica: “Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo indolente y servil”. Continuaremos…

Santo Domingo, R.D., lunes, 19 de abril de 2010

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/4/19/45937/CRONICA-DEL-PRESENTE

1 comentario:

Jesús dijo...

Buen montaje el de la foto. Juan Bosch se apretó y en vez de defender su gobierno contra el golpe de estado amenazó con renunciar a la Presidencia. Tremenda solución. Eso es de lo que adolecen los peledeístas, de falta de forro desde sus orígenes. Cuando el 14 de Junio publicó en el periódico que lo apoyaría en las elecciones dijo literalmente y cito lo dicho por un testigo presencia: !!!!Coooooño, y quien les ha dicho que yo quiero su apoyo!!!!

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