Juan Taveras Hernández
Es lo que produce la actividad política: ¡Asco! Ver la figura del presidente de la República repartiendo el dinero de los contribuyentes como si fuera suyo; verlo comprando dirigentes opositores como si fueran reses, destinadas a ser sacrificadas moralmente.
Repugnancia es lo que siento cuando Leonel Fernández, con desparpajo inaudito, patrocina el clientelismo. ¡Qué pueblo éste más indolente ante su desgracia!
Esta campaña debe producir ganas de vomitar, de eructar con fuerza aunque sea una falta de educación. Y es que la política dejó de ser una ciencia o el arte de gobernar para convertirse en un negocio donde el único que pierde es el pueblo.
Debemos estar empalagados de las mismas caminatas, los mismos candidatos, las mismas promesas. Pero nada cambia.
Estamos revolcados en este cambalache de fango y lodo politiquero que nos hace ver a todos iguales, sin derecha ni izquierda. Nadie escapa a la asquerosidad que a los ciudadanos decentes, si aún quedan, les debe dejar un sabor a materia fecal.
El presidente de la República es el dueño del circo, el productor del show. Y nosotros, los ciudadanos, los animales de su circo. A fuerza de pobreza y falta de educación nos ha domesticado para que seamos incapaces de protestar, por miedo a morir en “intercambio de disparos” o terminar en una jaula de Najayo o de La Victoria.
Las últimas campañas han estado matizadas por las inconductas de los candidatos, por el clientelismo y la corrupción, patrocinada por quien debería hacer lo contrario: el presidente de la República.
Esta campaña produce asco. Balaguer, maestro de la mentira y el engaño, no llegó a esos niveles. La imagen de un presidente debe ser respetada y cuidada por cada Presidente. Un presidente debe predicar con el ejemplo; debe ser como un padre, un hermano mayor, un educador. Igualmente resulta decepcionante que el presidente del PRD y los perredeístas le estén haciendo el juego al presidente de la República diciendo y haciendo lo mismo que luego critican.
Si este pueblo se respetara, si todos tuviera conciencia social, si fuéramos ciudadanos, no individuos, el 16 de mayo nos quedaríamos en nuestras casas. Y mandaríamos a los políticos para casa del carajo. Que es lo menos que se merecen. Salvo, por supuesto, escasas excepciones. Porque de verdad, mis queridos amigos y amigas, lo que estamos viendo en esta campaña electoral es degradante.
Santo Domingo, R.D., miercoles, 14 de abril de 2010
(juanth04@hotmail.com)
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/4/14/45404/Asco
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