Un geólogo español está retenido en Brasil a la espera de ser juzgado por contrabando, al intentar sacar del país una piedra caída del cielo que había comprado a un campesino de un pueblito localizado 300 kilómetros de Rio de Janeiro en donde cayó una lluvia de meteoritos.
Un reporte del diario El País, de España, indica que Benjamín Rivera, de 43 años, fue detenido por la Policía cuando se disponía a retornar a Bolivia, país limítrofe con Brasil, donde reside con su esposa.
Aunque no existe legislación que regule la compra y/o venta de meteoritos, las autoridades han apelado a un subterfugio legal que establece la necesidad de dotarse de un permiso para el transporte fuera del territorio brasileño de todo material minero.
El País informa que a Rivera, nativo de Alicante, llego a la nación suramericana luego de tener noticia de la caída de una lluvia de pequeños meteoritos en la pequeña ciudad al noroeste de Río, hasta la que el coleccionista se desplazó en busca de estas piedras espaciales. Antes de comprarlas, -añade el diario en su edición digital, Rivera se informó de que no existía ninguna ley en Brasil que prohibiera la compra de este tipo de roca: "A diferencia de Canadá o Argentina, por ejemplo, en Brasil no existe ninguna ley específica para meteoritos. Hay un vacío legal", dice por teléfono el geólogo, a EL PAÍS. Cuando intentaba salir del país para regresar a Bolivia, sin embargo, Rivera fue detenido por policías que lo trasladaron hasta un centro de reclusión, donde permaneció un día y medio. Al conocer la noticia, su padre viajó hasta Río de Janeiro para pagar la fianza. Sin dinero para los costes para el hotel y su mantenimiento, el alicantino continúa su estancia forzosa en el país con una ayuda de 250 euros de la embajada española.
"Siempre he revisado la legislación. Nunca intenté comprar un meteorito en Argentina, por ejemplo. Brasil no tiene una legislación sobre el tema. Están interpretando la ley. Y yo me quedo aquí, sin salir del país, no lo sé hasta cuándo", se queja.
La NASA está evaluando el riesgo que supone una lluvia de meteoritos -conocidos como Dracónidas- en 2011, pues tienen el potencial de impactar con satélites y naves que orbitan alrededor de la Tierra, como la Estación Espacial Internacional o el telescopio espacial Hubble.
La información apunta que a finales de junio, un meteorito de unos 600 gramos cayó en la casa de un agricultor en la ciudad de Varre-Sai, y que según los investigadores, la piedra no había caído sola: el trozo formaba parte de una piedra más grande, de 20 kilos, que se había roto en varios pedazos. Para ayudar a los investigadores a encontrar los fragmentos -un gramo pode valer hasta 70 euros-, el Ayuntamiento está ofreciendo premios a los residentes y estudiantes de escuelas públicas. La noticia también está atrayendo extranjeros a la ciudad. En dos meses, los hoteles han registrado un aumento del 20% en el número de clientes y por lo menos 600 turistas han pasado por ahí.
El periódico apunta que en la misma semana que Rivera estuvo en Varre-Sai, María Elizabeth Zucolotto, astrónoma del Museo Nacional de Brasil, estaba intentando recoger una muestra del objeto para su investigación. Fue cuando conoció el alicantino, se enteró de que él había comprado una piedra de 200 gramos y resolvió denunciarlo a la policía. Benjamín Rivera afirma que no sabía que la compra era ilegal y hasta charló con el marido de la investigadora "durante más de dos horas". "Hasta nos sacamos unas fotos juntos. Ella, sin embargo, en ningún momento ha hablado conmigo", afirma desde Brasil.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Hay/vacio/legal/quedo/salir/pais/elpepuint/
20100804elpepuint_11/Tes
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