miércoles, 8 de septiembre de 2010

Proliferación de secretarios de Estado sin cartera

 

Orlando dice// Orlando Gil

Solución
La proliferación de secretarios de Estado sin cartera no es un problema que pueda resolverse con una ley ni en lo inmediato, pues es la única solución a manos para salir y quedar bien con los aliados políticos o los titulares de baja. Rafaela Alburquerque no necesita del sueldo que le corresponde por su nuevo nombramiento, pues la pensión como ex diputada, o por haber sido presidenta de la Cámara, es más que suficiente.

De Alexandra Izquierdo puede decirse lo mismo, y más. El bienestar se le ve por encima de la ropa, y seguir en política le significa más gastos que ganancias. Sin embargo, ambas reformistas querían seguir en el gobierno, y ese era el nicho disponible. Ellas no estarán del todo contentas, pero el mandatario siente haber cumplido.

José Francisco Peña Guaba es un caso diferente. El jefe del Estado hizo una parte, pero falta que el presidente del BIS acepte. Aunque preocupa que no pueda entrar a su nueva oficina, ya que su humanidad y el ancho de la puerta no ajustan.

Solo hay que poner a Freddy Pérez al lado de Peña Guaba para saber de qué se habla…

Sanear
Peña Guaba estaba dolido, pues ocupaba una posición en la que no podía desplegarse a sus anchas por la resistencia del sector puesto a su cargo.

Ahora está resentido porque la nueva administración está haciendo lo que haría cualquier titular consciente de sus responsabilidades: poner los egresos en proporción a los ingresos. Ex director de la Autoridad Portuaria se está quejando de que Ramón Rivas no se anda con miramiento y está cancelando muchos de sus nombramientos. Como siempre, habla de retaliación.

¿Retaliación de qué? La nómina de AP no debe pasar de cincuenta y dos millones de pesos y Peña Guaba la tenía y dejó en sesenta y ocho millones.

La idea que se tenía era que a Rivas lo despojaron de un filete como la CAASD para darle huesos en la Portuaria.

Sin embargo, esa era una apreciación equivocada. Si hace lo que lo mandaron a hacer, a sanear, puede devolver a la institución su antiguo esplendor.

Lo primero es romper botellas, aunque deba caminar como un faquir sobre vidrios, pues vendrán las denuncias y las protestas de quienes reivindicarán su trabajo político…

Avenimiento
La nueva administración de Portuaria tiene que demostrar que como escobita nueva barre bien hacia adentro y hacia afuera, pues entre los problemas a enfrentar está la sobrenómina, pero también la resistencia de los navieros a honrar sus pagos.

Es decir, que hay una de cal y otra de arena. Peña Guaba, se dice, era muy exigente, y los deudores no se sentían cómodos.

Ahora, con el cambio, surge la posibilidad de un avenimiento, y los fondos retenidos serán entregados o de inmediato o a corto plazo, o todos juntos o poco a poco, de manera que podrá superar su actual precariedad.

Entonces, la movida del Ejecutivo no sólo procuró hacer un espacio a Freddy Pérez, de quien ahora se dice que lo tenían en el Palacio Nacional más arriba del moño, sino crear las condiciones de un entendimiento con los navieros, como parte del consenso amplio que se gestiona con los empresarios.

El gobierno necesita dinero, y lo necesita con urgencia, y ese dinero no puede tener más que un solo remitente: el sector privado…

La necesidad
Los últimos movimientos en el tren administrativo, que dejaron insatisfecha a una gran parte de la población, tuvieron su lógica, y sobre todo su necesidad. Peña Guaba no quería estar en Portuaria, y su actitud se explicaba sola: los navieros tampoco lo querían.

Era un enfrentamiento en que solo perdía el gobierno, pues no había manera de que por las buenas hicieran los pagos correspondientes. Ahora no tendrán la excusa de Peña Guaba, el dinero entrará a caja, los desembolsos se harán sin retraso y las finanzas de la institución volverán a ser tan fluidas como antes. Sin embargo, hubo que aumentar las secretarías sin cartera, como solución al uso…

Santo Domingo, R.D., miercoles, 08 de septiembre de 2010

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