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Los cinco jueces de la Junta Central Electoral y sus respectivos suplentes, fueron escogidos por senadores a quienes el presidente Leonel Fernández llevó al Congreso utilizando recursos del Estado.
Por cumplir sus compromisos con el gobernante, esos senadores mantienen el privilegio de manejar, sin supervisión alguna, más de un millón de pesos cada mes.
El clientelismo y la politiquería son grandes obstáculos para el fortalecimiento de la institucionalidad. Y, como el antiguo presidencialismo convive con la pose de modernizador que asume Leonel Fernández, a él hay que atribuirle la mayor cuota de responsabilidad por la selección de una JCE presidida por uno de sus protegidos, el juez Roberto Rosario.
Seis de los escogidos tienen compromiso con el Partido de la Liberación Dominicana y con el propio presidente, dos están vinculados al Partido Revolucionario Dominicano y otros dos al grupo del despedazado Partido Reformista Social Cristiano que, también con recursos del Estado, han sido colocados bajo el mando de Fernández.
Quienes hablan con orgullo (orgullo sin fundamento) de la Constitución de Leonel Fernández, deberán reconocer ahora que ha sido escogida la JCE de Leonel Fernández. ¿No es él, acaso, el jefe de sistema de partidos?
La Junta Central Electoral juramentada el pasado viernes, presidida por Roberto Rosario (foto)(cuyos defensores sólo han podido alegar que entre sus críticos hay también cabilderos y oportunistas) tiene su origen en el pacto de clase y en la misión encomendada a los senadores, que es garantizar que todo siga igual.
No hay que hacer mucho esfuerzo, para predecir que en la selección de la Cámara de Cuentas nada diferente ocurrirá. Harán también lo que diga Leonel Fernández, quien ya en el año 2008 llenó de balagueristas de viejo cuño ese organismo.
Es evidente, pues, que se mantiene el proyecto reeleccionista... Por eso, el gobernante coloca las fichas en el lugar preciso.
Santo Domingo, R.D., domingo, 10 de octubre de 2010
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