Orlando dice //
Orlando Gil
La nobleza
La nueva Junta Central Electoral fue nombrada por el Partido Revolucionario Dominicano, en particular por su presidente Miguel Vargas. El PLD y el Senado no tuvieron alternativas después de la campaña abierta de parte de los voceros del PRD, acusando al organismo de haber permitido que el gobierno usara sin control los recursos del Estado a favor de los candidatos oficialistas. Los mismos que ahora ocupan las curules de la cámara alta. De no haber actuado de esa manera, los senadores peledeístas hubieran sido poco nobles y sobre todo malagradecidos. ¿Cómo mandar a freír tusas a funcionarios que -a su juicio-- hicieron el trabajo? La opinión del PRD era necesaria como principal fuerza electoral del país, pero los procesos no pueden detenerse porque sus dirigentes den más importancia al qué dirán que a la realidad del poder. ¿Cómo negar la condición de perredeísta de Eddy Olivares, si el sector de Hipólito Mejía lo reivindica como suyo? Y si no ¿qué decir de Marino Mendoza, ya no sólo como perredeísta, sino como cercano colaborador del presidente del partido?...
Marino Mendoza.
Advertí con tiempo que el PLD no iba a dejarse poner de mojiganga del PRD, cuya dirección no sabe lo que quiere, pues un día demanda que los miembros de la Junta Central Electoral sean apolíticos, de la boca hacia fuera, y a trasmano diligencia lo contrario. Como suplente figura Marino Mendoza, quien fue diputado en el pasado cuatrienio e intentó reelegirse en las últimas elecciones. Y de Rafael Díaz Filpo, ni se diga. ¿ Por qué la cúpula de un partido como el PRD, de real gravitación en el país, tiene que comportarse como la gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano? ¿Cuál es el problema de aceptar públicamente que dos de sus miembros forman parte del organismo electoral? ¿Acaso olvidan la paternidad de esa fórmula en el país? Fue José Francisco Peña Gómez quien la propuso como solución a una situación de desventaja. Los árbitros eran nombrados por una de las partes, y cantaban la jugada de acuerdo a los intereses de los oficialistas, que cuando no ganaban, arrebataban. El que dirán seguirá diciendo, pero la verdad que poco caso le harán...
El momento
Dije que ahora no era el momento más adecuado para hacer “oposición firme” al gobierno, pues había asuntos pendientes que tratar y resolver. Que las elecciones presidenciales estaban lejos, y cada tiempo tenía su afán. No era posible que si el PRD fue decisivo en el conocimiento y aprobación de la nueva Constitución, se quedara fuera en la conformación o renovación de los organismos creados por ella. Si atajó, justo que enlazara. Sin embargo, los oponentes internos de Miguel Vargas, que evidentemente buscan su perdición, presionaron para que rompiera la entente con el gobierno y se fuera a la calle a protestar y dirigir la lucha del pueblo. ¿Y qué ha pasado? El partido blanco no ha hecho bulla m‡s que en los medios, con unas ruedas de prensa semanales que fastidian, pero no tanto que tumben el ánimo. En cambio, no ha quemado goma, ni ha llamado a huelga, pero tampoco ha tomado por asalto el Palacio Nacional, desde donde se le ve consumiéndose en su propia salsa. El morado, por su parte, está como Lama en un tiempo: barriéndolo todo, pero hacia adentro...
La cita
Reinaldo Pared Perez.
Como el PRD se haya dedicado a una guerra total contra el gobierno, los canales de comunicación no están funcionando como meses atrás. Los mandados no llegan, o por lo menos no con la rapidez de otros tiempos. El “ impasse ” de la Junta Central Electoral quiso resolverse con otra cumbre de Miguel Vargas y Leonel Fernández, después que se dieron cuenta de que con Reinaldo Pared, y por vía de Orlando Jorge Mera, no había posibilidad de evitar el rodillo. Sin embargo, ese encuentro se quedó en rumores y con la respuesta vaga de “vamos a ver”...
Santo Domingo, R.D., lunes, 11 de octubre de 2010
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