Es poco lo que hay que agregar a su genio y grandeza de alma. El pueblo llano lo dijo hermosamente de múltiple manera y en forma muy espontánea, sin la simulación de los que aprovechan homenajes merecidos a seres buenos para encubrir sus fechorías, las que el propio Freddy combatió.
Todavía resuena la voz del Gordo enrostrándoles: “¡ladronazos!”… “¡sinvergüenzas!”
Me alejé del vórtice del homenaje para no mezclarme con esa crápula política, sobre cuyas miserias morales escribí horas antes de la mala noticia
Ahora, con más sosiego y menos presión, traslado aquí lo que Freddy dejó grabado en mi corazón.
De sus valores supe primero por José Israel Cuello y Asdrúbal Domínguez, amigos de Freddy de adolescencia y juventud. Más tarde, cuando entré en contacto con él, pude confirmar las verdades presentes en las palabras de estos amigos comunes.
Tiempo después en el “Gordo de la Semana”, “Punto Final” y “Con Freddy y Punto”, nos encontramos innumerables veces.
En momentos de alegría y en situaciones de tristeza.
Siempre acompañado de su humor genial y exquisito, sosteniendo diálogos franco e impactantes.
Tratamos temas trascendentes y riesgosos. Participamos en debates fuertes, en momentos duros. Compartimos reflexiones valiosas, testimonios de vida, lucha, amor y amistad.
En sus espacios televisivos y en los intercambios “fuera de record”, encontré siempre una sonrisa, un abrazo sincero, una frase estimulante, un lugar para lo injustamente prohibido, la denuncia audaz e intrépida y la verdad comunista perseguida o discriminada. Recibí permanentemente su respeto, cariño y solidaridad sin límites, hasta para salvar mi vida.
“Hubo un Abril-Caamaño-primavera.
“Rebelde y sublime primavera, con fusiles y balas libertarias”
Y su recuerdo nos abrazó para siempre.
Orlando nos unió aun más.
Y ahora que Freddy también “se marchó para quedarse”, le ruego como a él:
“No olvides nunca esta bella isla de tus desvelos.”
……….
“Sus campos y ciudades repletas de sol, tristeza y alegría.”
“No olvides su gente sencilla.”
“Sus dulces mulatas.”
“Sus altivos muchachos.”
“Recuérdate del pueblo llano y de su incansable lucha por la libertad”.
Lucha aun inconclusa.
Libertad en buena medida pendiente.
Déjanos aquí, Gordo del Pueblo, a tu Morrobel, el de Hoyo Grande, para que nos ayude a conquistarla en todas sus dimensiones y profundidades, sobre todo con mucho humor y mucho amor.
Santo Domingo, R.D., domingo, 28 de noviembre de 2010
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