Eduardo Álvarez
La Liga Municipal es un anacronismo. Inútil e infuncional, es una de las grandes manchas de nuestro sistema de partidos. Debe ser liquidada de una vez y por todas, pero vamos ver quién le pone el cascabel al gato.
Un barril sin fondo, que absorbe el 10% del presupuesto de los ayuntamientos, tomando recursos que bien pueden ser aplicados en obras municipales que tanta falta nos hacen.
En teoría, asesora a los cabildos en aspectos en los que son autosuficientes, controlados por el Ejecutivo a través de los ministerios de la Presidente e Interior y Policía.
La propia federación que agrupa a los ayuntamientos ha logrado consolidarse efectivamente, desplegando el rol jugado hace 30 años por la Liga.
Sorprende que los partidos insistan en apropiarse de los despojos de una entidad parasitaria, cuya utilidad no vas más allá de una asignación presupuestaria y la firma de libramientos y contractos, arreglados en otras oficinas.
Organismos internacionales empeñados en la calidad de la vida municipal local han recomendado la eliminación de la LMD. De igual forman se ha pronuncia la Federación de Municipios.
Ahora, que Amable Aristy ha dejado la secretaria general, retorna el debate sobre un sustituto, para lo cual habrá de convocarse la Asamblea de Municipios la liquidación definitiva de ese cascaron.
Los partidos, gobiernistas y opositores, tienen en este tema la oportunidad de mostrar el grado de institucionalidad y desarrollo logrado.
Proponer ternas y candidatos para manejar el presupuesto y las canonjías derivadas de una entidad inoperante e innecesaria, como esa, es darle la razón a los grupos que tradicionalmente cuestionan la probidad y avances de las grandes fuerzas, propalando la especie de que, en fin de cuenta, todos son más de los mismo.
Santo Domingo, R.D., lunes, 08 de noviembre de 2010
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