martes, 9 de noviembre de 2010

La reelección vuelve frenar a Danilo Medina



Orlando Dice //
Orlando Gil

ADVERTENCIA
Euclides Gutiérrez Félix advirtió a sus compañeros del PLD que no dejaran que sus adversarios del PRD les impusieran agenda, en los días en que empezaba a discutirse sobre la posibilidad de la reelección del presidente Leonel Fernández. Si dijo eso para consumo público, pudo haber dicho algo parecido en el seno del Comité Político. Sin embargo, en unas declaraciones de fin de semana que se atribuyeron a Reinaldo Pared, éste negó que en ese alto organismo alguien haya tocado el tema. Lo dijo como una cosa buena, para desmentir que en el PLD haya división por la reelección, pero a final de cuentas es mala. Y es mala, porque en el PLD hay un sector que está aprovechando la indefinición para tomar gabela. Si se debate desde ahora la repostulación del actual mandatario, y se concluye que no hay espacio, la pista se despeja y los caballos corren sin temor. Si se abre la brecha, entonces hay que replantear las condiciones, pues no puede permitirse la experiencia anterior en que el oponente hubo de confesar: “El Estado me venció”...

LA FUERZA
La reelección en países como éste, aunque esté consignada en la Constitución de la República, es más un acto de fuerza que un ejercicio de derecho. La fuerza se ejerce de muchas maneras, incluyendo lo subliminal, y los aspirantes que no han sido inteligentes, dejando la vía libre, les ha pasado lo que a Perico: se los llevó el tren. Danilo Medina aprendió la “lección”, y reapareció en el escenario de campaña poniendo más acento en no confrontar a Leonel Fernández o su gente que en promover sus planes de gobierno. La estrategia era correcta, y sobre todo decente. Pero no contaba con que habría Pruebas Nacionales, y que iba a tener que examinarse de nuevo de las materias que ya había pasado en los cursos bajos. Después de desplegarse a toda vela con sus proclamas de amor al prójimo y de respeto al Dios del partido, ahora tiene que recogerse, pues los chismes de los potenciales desplazados amenazan con ahogarlo en los mares profundos del infundio y la alevosía. Medina, ahora, es como un recién nacido enredado en el cordón umbilical...

EL FRACASO
Danilo Medina dio un paso atrás, y aunque dicen sus seguidores que será para dar dos adelante, ahora y siempre, y en cualquier actividad, quien titubea pierde. La actividad de San Francisco de Macorís de hace dos semanas fue un fracaso, y lo fue porque según Abraham Lincoln no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo. Ese espectáculo fue innecesario, o por lo menos inoportuno, y carente de efectividad. El PLD no puede mostrarse fuerte juramentando a tránsfugas que ya habían jurado por su causa en las pasadas elecciones. Lo que el PLD debió haber hecho, y debe hacer, es establecer por qué su votación fue menor que la del PRD, pues por ahí viene el 2012, las alianzas son circunstanciales y cada partido, si quiere batirse con posibilidades, deberá valerse por sus propios medios. Lo que se demostró no fue que el PLD aumenta su matrícula (con dos millones y medio, ¿para qué más?), sino que la reelección se alimenta desde afuera, pues los convocados proclamaron al potencial candidato y no al partido. Los oradores no fueron elocuentes, pero sí claros...

LAS CULPAS
Como el mitin de hace dos domingos no llenó las expectativas, al analizar sus resultados, los estrategas de la reelección cargaron las culpas a Danilo Medina. De las candelitas hicieron fogatas de esas que sueltan chispas que vuelan y llegan lejos. Por lo menos al Palacio Nacional. Medina saboteó esa actividad, realizando otra al mismo tiempo y distante. No es lo mismo ir, a que lo lleven. Esa fue la gran diferencia. Ahora Medina ñde algún modoñ pide perdón, y con un “yo no vuelvo a hacerlo” corrige la situación e impide que lo coloquen de nuevo en la vía ñcomo a Pericoñ para que se lo lleve el tren. Los reeleccionistas, por tanto, se salen con las suyas, pues frenan a Medina, y hacen que los domingos, que son los mejores días para hacer política, sean del presidente Fernández. Eso es un abuso desde todos los puntos de vista, pero los subordinados a veces no tienen escapatorias y solo les resta decir: ¡ Sí señor !...

Santo Domingo, R.D., martes, 09 de noviembre de 2010

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