Siempre es saludable que los distintos sectores del país no sean indiferentes a las cosas que pasan en la nación. Ahora el tema de la educación ha estado cobrando fuerza en las voces que representan a muchos de esos sectores nacionales. Y es muy bueno que así ocurra, pues lo primero en que tenemos que concluir de ello es que el país no está sólo en manos de los que ostentan en poder político.
Tiene, además, otra repercusión muy positiva y es que si quienes controlan el poder político son inteligentes, acogen de esas voces muchos de los reclamos legítimos de la población y de la sociedad en sentido general.
Para este lunes 6 de diciembre se ha convocado a una jornada nacional a favor del reclamo del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, el que deberá quedar consignado en el presupuesto nacional del próximo año 2011, tal como indica una ley que establece ese mínimo de inversión.
Hasta ahora eso ha sido letras muertas, aunque el deterioro del sistema educativo ha sido más que evidente, y donde las exigencias de un mundo globalizado igualmente saltan a la vista. En la llamada economía inteligente se compite con la calidad de la educación. Aquí el recurso humano bien formado es vital, y lo cierto es que el país no está teniendo una buena base educativa que lo coloque entre las naciones que progresan en esa materia. Tenemos que decir que, por el contrario, estamos figurando en las posiciones menos deseadas en las estadísticas mundiales.
El Gobierno tiene una magnífica oportunidad para adherirse a estas voces y adoptar la educación como una prioridad nacional, más allá del 4% del PIB. Es necesario que involucre la voluntad para hacer cuanto sea necesario en dar un salto de calidad.
Santo Domingo, R.D., lunes, 06 de diciembre de 2010
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