miércoles, 8 de diciembre de 2010

WikiLeaks, EEUU y el mundo

Orlando Gómez Torres

Si algo nos han demostrado los cables confidenciales filtrados por Wikileaks desde la semana pasada, es que los embajadores estadounidenses son mucho más conscientes de las realidades de los países donde están posicionados que muchos de los políticos que los dirigen. Lejos de ser esto un golpe diplomático contra  Estados Unidos, el “cablegate” servirá para humanizar la imagen de esa nación frente a los pueblos. Después de todo, resultó que el pensar de Washington no es tan distinto al de los ciudadanos comunes de las demás naciones.

La lectura de los cables diplomáticos en Wikileaks, da una perspectiva interesante y refrescante del mundo. Por lo general es sobria, sin dramatismos, realista y mejor aún, sin las poses, adornos y la basura políticamente correcta con la que nos viven alimentando los políticos del día a día.   

Un análisis al margen del contenido nos lleva a la conclusión de que al menos los diplomáticos estadounidenses se dedican a trabajar por su país, contrario a muchísimos otros que sólo se dedican a cobrar sueldos de lujo, hacer negocios personales en los países donde se encuentran apostados, exhibirse en las revistas sociales y explotar los beneficios de ser un “señor embajador” para hacer y deshacer donde quiera que pisan.

Reconozco que al principio quedé estupefacto no sólo por el hecho de que se produjera semejante filtración, sino también de que la Casa Blanca diera crédito o reconociera como “reales” las informaciones que Wikileaks pretendía hacer públicas. La reacción normal frente a este tipo de situaciones es no admitir nada, y hacer lucir al interlocutor como un sociópata sin méritos al que ni  vale la pena responder. Washington hizo todo lo contrario.

Sin embargo, a medida que han ido saliendo los cables, si valoramos el contenido de estos y las reacciones que derivan, es probable que esta sea una de las victorias más resonantes en la historia de la política  internacional estadounidense. No sólo recibe el contenido de estos el trato de verdad incontrovertida, sino que está teniendo efectos palpables y positivos a favor de los intereses de los Estados Unidos en todo el mundo.   

Julian Assange. 

La realidad es que el impacto del “cablegate” sobre la imagen de los Estados Unidos, si alguno, será ínfimo en comparación al que sufrirán sus notorios detractores en todo el mundo, que curiosamente, han servido de sus principales publicistas. Desde Corea del Norte a la Argentina, el impacto es evidente cuando la mayoría de los mencionados se han apresurado a asumir posiciones defensivas exasperadas para proteger sus deterioradas imágenes públicas frente a las frías e incuestionables observaciones de los diplomáticos estadounidenses.

Pareciere como si todo esto resultó ser un golpe de suerte, o un plan brillantemente calculado para fortalecer sus intereses  sin gastar ni un centavo ni una bala. La verdad es que hay que quitarse el sombrero.

Por mi parte, seguiré disfrutando la lectura de los documentos filtrados, e invito a todo el que pueda a que lo haga a manera de edificarse del porqué es Estados Unidos la primera potencia; sin discursos populistas, sin recetas mesiánicas y sin politiquería, sino con trabajo y  visión realista de la vida para enfrentar los problemas que presenta.

Santo Domingo, R.D., miercoles, 08 de diciembre de 2010.

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/12/8/68779/WikiLeaks-EEUU-y-el-mundo

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