Voces y ecos
Rafael Peralta Romero
En el Partido de la Liberación Dominicana está claramente planteada una actitud de subordinación con respecto al presidente Leonel Fernández que pudiera avergonzar a los involucrados. Los presidenciables lo manifiestan muy bien. La demostrada timidez en la promoción de sus aspiraciones y los lemas que emplean no indican más que resignación.
Leonel Fernández.
Todos tienen suficiente formación para comprender que la Constitución impide a Fernández repostularse en los comicios de 2012, pero simulan ignorarlo para agradar a su Superior, de quien esperan el favor de un señalamiento que le permita conseguir la candidatura presidencial.
En una boda, las muchachas casaderas se mantienen expectantes en espera del ramo de flores que lanzará la novia, pues creen que quien lo atrape será la siguiente en llegar al altar. Los precandidatos del PLD esperan del mismo modo que les caiga el ramo de la novia. Y a tal fin han desarrollado un conformismo y capacidad de aguante dignos de estudio.
Rafael Alburquerque.
“La obra de Leonel la sigue Rafael”. “Si Leonel no va, me voy con José Tomás” o “Después del primero va el segundo” son pruebas de lo dicho. Otros precandidatos asumen un discurso más discreto aún, como para incurrir en menos posibilidad de ofender al líder. Esta conducta de sumisión ha sido transmitida a muchos militantes.
El pasado sábado esta columna se refirió al optimismo de Danilo Medina, precandidato que realiza su promoción sin indicar que espera que Fernández lo señale, pero que resiste los embates del reeleccionismo con estoicidad, sin atreverse a enfrentar –la razón es obvia- al jefe del PLD. Críticas y ataques llovieron para el autor y para Medina.
Danilo Medina.
Asombra que tanta gente haya renunciado a su derecho de pensar y elegir según su conciencia. El pensar se lo dejan al Presidente, sólo él puede ver el futuro, sólo él puede decidir, porque él es “padre y redentor” y para muchos es su “señor y dador de vida”. Toda iluminación viene de él y el principio de la sabiduría es temerle a él.
Asombra que algunos peledeístas rechazan el auge de Medina y no temen admitir que es Fernández quien decidirá la elección del candidato del PLD en caso de que él mismo no lo sea. Se le recuerda a esos amigos el contenido del artículo 124 de la Constitución y unos titubean para afirmar que el mismo no impide al mandatario optar por un nuevo mandato. Otros aseguran que la Carta Magna puede modificarse.
José Tomas Pérez.
Algunos recurren a la “jurisprudencia” de que Hipólito Mejía la modificó y pudo repostularse. Y nadie niega que si Fernández altera el texto constitucional sometido y proclamado por él, puede ser candidato. Lo difícil de entender es cómo una sociedad involuciona para volver a esa peligrosa fase donde asuntos de alta importancia para el destino nacional se subordinan a la voluntad de un hombre.
Santo Domingo, R.D., sábado, 29 de enero de 2011.
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