viernes, 4 de febrero de 2011

Insólito y misterioso

Editorial El Nacional

A pocos días de reiniciarse el desayuno escolar y después de  que 23  alumnos se intoxicaron con la ingesta de esos alimentos, el ministro de Educación  anunció  ayer la suspensión total del programa, “por falta de garantías para preservar el bienestar y las propias vidas de los   estudiantes.”

El secretario Melanio Paredes dijo que la nueva interrupción de la merienda fue  dispuesta  desde la India por el presidente Leonel Fernández al ser informado de otros cinco casos de intoxicación en dos escuelas de Haina. El martes, 17 escolares de un plantel de  Cotuí sufrieron trastornos al ingerir leche, jugo y bizcocho.

Lo que sucede con el desayuno escolar puede  definirse como insólito, misterioso, extraño,   porque tras  ocurrir 350 casos de intoxicación fue suspendido por largo período para supuestamente revisar toda su logística y garantizar sanidad en su contenido, pero el mismo día de su reanudación, 17 niños enfermaron al  comer de esos alimentos.

De nada han valido los cambios de proveedores o suplidores, porque por  alguna razón oculta  se distribuye en lugares diferentes leche, jugo, chocolate o bizcocho adulterados, por lo que  el presidente Fernández  recomendó “no suministrar en ninguna escuela del país el desayuno escolar”.

En principio se dijo que los 17 estudiantes intoxicados en Cotuí fue “por intolerancia a la lactosa”, pero resulta extraño que  en la distribución de más de un millón de raciones  de leche, sólo  un grupo de alumnos de una misma escuela reflejaran rechazo a ese alimento. Es un misterio también que en ese municipio se  inició el año pasado la ola de intoxicaciones.

Distribuir en las escuelas  leche, jugo y bizcocho no debe ser más complicado que enviar un cohete tripulado a la Luna, por lo que las autoridades están compelidas a esclarecer  esta historia de Agatha Christie, que por demás representa un negocio que  envuelve  centenares de millones de pesos.

Tal parece que  el desayuno escolar debería salir del ámbito del Ministerio de Educación para que sea manejado por una institución autónoma de carácter técnico que garantice calidad del contenido y pueda por vía de la transparencia conciliar intereses que se disputan el control de ese programa.

Puede ser que la suspensión  de la merienda escolar ordenada por el presidente Fernández sea lo más saludable para  evitar que las interminables cadenas de intoxicaciones deriven en desgracia mayor, pero hay que  lamentar que más de un millón de estudiantes pobres tendrá que  recibir docencia  con los estómagos vacíos.

La crisis del desayuno escolar ha desbordado  la capacidad de abordaje de las autoridades educativas, por lo que se reclama que el Gobierno centre atención en ese  grave y anejo problema y procure localizar  cuanto antes el nudo gordiano que ata  ambiciones desmedidas al derecho de los estudiantes a una merienda que no los   envenene.

Santo Domingo, R.D., viernes, 04 de febrero de 2011.

http://www.elnacional.com.do/editorial/2011/2/4/74091/Insolito-y-misterioso

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