jueves, 24 de marzo de 2011

Científicos británicos buscaran rocas en las profundidades de la Tierra

Jonathan Amos
Manto terrestre
El manto de la Tierra que se encuentra debajo de la corteza, situada a 8 kilómetros en algunos lugares bajo el lecho oceánico.
Un grupo de científicos británicos tratará esta primavera de llegar a las profundidades de la Tierra para encontrar el tipo de roca más profundo que se ha extraído nunca del lecho marino.
El proyecto de perforación tendrá lugar en Costa Rica y tratará de adentrarse dos kilómetros más allá del suelo oceánico.
En un artículo publicado en la revista Nature, el codirector científico del proyecto dice que su último fin es extraer las muestras más profundas de la Tierra, las que se encuentran en el manto terrestre debajo de la corteza.
Obtener estas rocas podría proporcionar un tesoro geológico oculto "comparable a las rocas lunares de Apolo", escriben.
"Hay algunas preguntas fundamentales acerca de cómo evolucionó la Tierra que sólo seremos capaces de contestar una vez que hayamos comprendido completamente la estructura de la corteza que se encuentra por encima del manto, el interfaz entre el manto y la corteza (conocido como la discontinuidad de Mohorovicic o Moho, en honor al científico que la descubrió) y luego también la naturaleza del manto mismo", explicó a la BBC Damon Teagle, de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, y uno de los coautores del estudio.

El volumen del Planeta

"
Esto será una obra de ingeniería muy importante. Estamos hablando de 6 kilómetros de corteza oceánica y queremos llegar a una cierta distancia en el manto terrestre, quizá unos 500 metros. "
El manto terrestre constituye el grueso de la masa y volumen de nuestro planeta. Se extiende desde el fondo de la corteza hasta la capa de hierro y níquel que se encuentra 2.900 kilómetros más abajo.
Sus piedras son distintas en cuanto a su composición de las que forman los continentes o el lecho oceánico.
Se cree que está compuesto, en su mayoría, por una roca ígnea plutónica llamada peridotita, y formada por una composición rica en magnesio y materiales pobres en silicio como piroxenos y olivino.
Las propiedades de este tipo de rocas y las condiciones a las que están sometidas supone que una gran parte del manto está en continuo movimiento.
La lenta transferencia de calor en esta capa dominante juega un papel fundamental en los procesos tectónicos que ayudan a dar forma a la superficie que se encuentra encima.
Los científicos ya cuentan con una serie de muestras que provienen de las profundidades internas de la Tierra. Algunas de éstas salieron a la superficie en los procesos que construyeron las cadenas de montañas de la Tierra y otros en la forma de la lava que expulsan los volcanes.

Muestras originales

Ckikyu
El barco japonés Chikyu será el encargado de tomar parte en la misión prevista para 2018.
Pero todas estas muestras se han visto de alguna forma alteradas por los procesos que las llevaron a la superficie y para los científicos sería muy valioso el encontrar especímenes primitivos u originales.
"Necesitamos conocer su exacta composición química y esta composición varía de lugar en lugar", afirma Benoit Ildefonse, de la Universidad de Montpellier II, en Francia.
"Es importante porque, dependiendo de esta composición, las propiedades físicas del manto terrestre también variarán y en algún momento esto tendrá un impacto en la dinámica de la Tierra, en la forma en que este manto puede moverse o en la forma en que puede fundirse parcialmente y producir magma que luego lleva a la superficie construyendo una corteza oceánica", explica.
Perforar en el manto terrestre en la Tierra es poco práctico porque en los continentes la corteza es más gruesa y tiene entre 30 y 60 kilómetros de grosor.

Corteza fina

De ahí que se decidan a hacerlo en la corteza más joven y fina que se encuentra en el lecho oceánico y que cuenta con la ventaja de que los científicos sólo necesitan perforar en unos 6 kilómetros de profundidad. Pero esta opción cuenta, sin embargo, con la dificultad de establecer una plataforma operativa en el mar.
Los investigadores probarán las técnicas necesarias en los próximos años y evaluarán tres posibles lugares en el Océano Pacífico.
De momento ya cuentan con un barco capaz de albergar el proyecto.
Se trata del gigantesco buque japonés Chikyu, que es capaz de transportar tuberías de perforación de 10 kilómetros.
Además se necesitará una gran cantidad de nuevas tecnologías como nuevo tipo de perforadoras que permitan llegar al centro de la corteza.
"Esto será una obra de ingeniería muy importante. Estamos hablando de 6 kilómetros de corteza oceánica y queremos llegar a una cierta distancia en el manto terrestre, quizá unos 500 metros. Por lo que es un agujero que llega bastante profundo; y será dentro de agua lo que supone 3 o 4 kilómetros de profundidad también. También encontraremos temperaturas en torno a 250-300 grados, al menos. Hará calor y será difícil", explica Teagle.
Los investigadores no esperan contar con la tecnología necesaria y el presupuesto para antes de 2018.

Reapertura de antiguos agujeros

Perforadora
Perforar a esas profundidades es un desafío para la ingeniería.
Sin embargo la expedición de esta primavera, que se llevará a cabo en el barco American Joides Resolution, reabrirá un agujero que fue perforado años atrás.
Permitirá a los científicos recuperar los primeros gabros (tipo de roca ígnea plutónica) de la parte más baja de la corteza. Cuando sean extraídas, serán las muestras de la parte más profunda del lecho oceánico sacadas hasta el momento.
"El agujero se encuentra actualmente albergado en la transición de la parte más alta de la corteza, que es básicamente los basaltos que salen en erupción en el suelo marino y la parte más baja de la corteza que tiene rocas de la misma composición que se enfrían mucho más lentamente y se denominan grabos".
"Queremos, por primera vez, hacer pruebas en estas rocas para probar los diferentes modelos con que contamos para explicar el comportamiento de esta corteza. Para hacer esto tenemos que adentrarnos unos 400 metros en la corteza".
El agujero más profundo perforado hasta ahora fue realizado por un proyecto ruso y llegó justo a 12 kilómetros de profundidad.
Santo Domingo, R.D., jueves, 24 de marzo de 2011.

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