Eduardo Álvarez
El impasse surgido en el PRD tras la exitosa Convención XXIX provocó la posposición de la depuración de precandidatos presidenciales en el PLD. Nadie duda que también aplacen la anunciada asamblea anunciada para el próximo 26 de junio. [¿Por qué no el 26 de julio, como le hubiese gustado a Bosch?]
La cuestión es no sacar del medio un feo espectáculo que está echando por la borda el triunfo más reciente del PRD. Un clavo saca otro clavo. Otro evento distraería la atención y robaría espacio a los reclamos y diferencias desacatadas.
Fue masiva y entusiasta participación de miles de ciudadanos votando para escoger a un candidato, como en efecto ocurrió con el ex presidente Hipólito Mejia, además de repudiar el gobierno de Leonel Fernández. Y esto, a decir verdad, no es algo que convenga a los intereses del PLD.
Jornada cívica que, por cierto, se constituyó en una manifestación que desborda la estructura partidaria perredeísta, fenómeno que bien puede repetirse en el partido oficial, de abrirse a la toda la población votante, como ocurrió en el PRD.
La sociedad dominicana, como todas las oprimidas y timada, procura vías de escape y medios de expresión, de manera incesante, como lo hizo en Los Haitises y reclamando el 4% para la educación.
Soslayar este fenómeno seria ignorar los niveles de evolución política que vive el país y perder las perspectivas. La nueva coalición denominada Frente Amplio se presenta como una tercera opción, para canalizar las demandas desatendidas y romper la bipolarización PRD-PLD.
Los dirigentes del PRD que restan valor a la XXIX se prestan al juego perredeísta y, al mismo tiempo, fortalecen la idea de un nuevo orden partidista, sin el PRD ni el PLD.
¿O es que será necesaria otra mayor demostración de fuerza, como la del seis de marzo, para que, unos y otros, aprendan que los partidos apenas son simples instrumentos de expresión, cuyas militancias son siempre insuficientes para llegar y permanecer en el poder?
Jugar a la división del PRD es una idea tan extraña como riesgosa. Nadie escapa del peligro de un derrumbamiento, sobre todo si viene desde arriba. La cima existe y persiste por las bases.
Santo Domingo, R.D., martes, 22 de marzo de 2011.
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