jueves, 31 de marzo de 2011

La solución en el PRD

Félix Calvo

Los últimos acontecimientos al interior del PRD, en especial los de este miércoles, confirman lo que sostengo en el artículo anterior sobre las bandas que han asaltado a aquellos partidos políticos con fuerza social y con probabilidad de asumir los asuntos de Estado, bandas que piensan en el bien privado que ha permitido que muchos acumulen con el bien público.

Recurrir a la violencia para imponerse cuando no fue posible por el voto popular es lo menos democrático que puede verse en los escenarios del PRD o de cualquier organización democrática. Las actuaciones violentas transforman a una corriente política en banda delincuencial.

Los dos hechos, cerrar por la fuerza el local de la Comisión Organizadora de la Convención y expulsar de allí a los empleados, algunos incluso a empujones, para luego en la tarde cerrar el local central del PRD en la Churchill, tratando de impedir que los miembros de la referida Comisión accedieran al local, son espectáculos muy definitorios del destino de la banda de Miguel Vargas.

Terminó de concluir su carrera política porque los triunfos en democracia no se arrebatan, no importa el don dinero ni la fuerza o la violencia usada para intentar impedirlo.

Mientras tanto, el silencio del candidato electo, Hipólito Mejía, al parecer ha inducido a la desesperación a la banda de Miguel.

Mejía debe continuar en silencio, tranquilo, preparando su proclamación con un baño de masas como las que echaron el voto para que ganara la convención. Luego de eso, planificar su campaña electoral de cara al 2012.

Mejía debe no hacerle caso a las bravuconadas de Vargas ni del palestino que le asesora.

Las pretensiones de la banda de Miguel son alocadas, fruto de la desesperación porque nadie ha de hacer caso a lo descabellado. Esa banda ha hecho saber al ganador que lo quiere todo: dos años presidente el ganador y dos el perdedor. Encima de eso, el perdedor quiere el 60 % de los cargos del gobierno, quiere la presidencia del PRD hasta el 2019 y que el ganador le garantice la vicepresidencia, única manera de justificar la locura del 2x2 en la jefatura del gobierno de una nación. Además, quiere que el ganador acepte que Miguel tiene razón en sus reclamos.

La banda de Miguel se ha evidenciado, se ha ido de cabezas y nadie levanta a ese muerto.

En otras palabras, la democracia dominicana no puede permitir el arrebato de un triunfo que nadie cuestionó en los centros de votación. Tampoco Hipólito Mejía debe prestarse a ser cómplices de semejantes chantajes.

Es una exigencia de la convivencia democrática.

http://www.7dias.com.do/app/article.aspx?id=95925

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