Juan Guiliani Cury
La tragedia de Japón ha estremecido al mundo. Un poderoso terremoto en el noreste del país en la escala Richter de 8.9 seguido de un Tsunami ha dejado una estela de miles de muertos y desaparecidos y miles de millones de dólares en pérdidas materiales donde el fenómeno atmosférico se llevó casas, edificios, industrias, embarcaciones marinas, instalaciones eléctricas, vías de comunicaciones y todo cuanto encontró en el fatídico 11/03/2011.
Este terremoto según los expertos fue similar en potencia al sucedido en Chile (8.8) en febrero del año pasado y mil veces más potente al que afecto a Haití (7.0 ) el 12 de enero de 2010.
Japón ha sido azotado por frecuentes fenómenos telúricos, pero no había, desde los tiempos de la posguerra en 1945, sentido algo tan devastador que tocó simultáneamente varias áreas incluyendo movimientos verticales en Tokio, la capital del país. La Universidad de Tokio informó que el sismo fue 180 veces mayor que el terremoto de Kobe en el 1995 que dejó más de 6,500 victimas. El violento sismo también puso en alto riesgo la central nuclear de Fukushima en una de las provincias afectadas. Solo la férrea disciplina del pueblo japonés ha podido ser el muro de contención para evitar mayores y serios daños a pesar de los peligros latentes de una explosión radioactiva.
Japón es un gran amigo de la República Dominicana. Desde hace un poco más de 50 años viven en el país los descendientes de la inmigración japonesa que tocó tierras dominicanas a mediados de la década de los 50 y que hoy constituyen un ejemplo de trabajo y comportamiento como ninguna otra colonia de inmigrantes haya tenido el país.
La cooperación japonesa se desparrama por muchas áreas y sectores económicos y sociales del país, y es el reflejo del profundo aprecio de esta nación del sol poniente con los dominicanos.
Con un extraordinario sentido de orgullo, tenacidad y amor por su patria, los japoneses se repondrán como el ave Fénix de las calamidades y desastres causados por la naturaleza que de manera imprevista golpea con furia y fuerzas devastadoras a territorios y comunidades en cualquier punto del planeta.
Santo Domingo, R.D., viernes, 18 de marzo de 2011.
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