Teófilo Quico Tabar
Al ser los combustibles una fuente esencial de energía, es un tema que mantiene en estado de tensión todas las semanas, a la ciudadanía y a las empresas en general.
Mediante la ley 112-2000 se establecieron impuestos fijos por galón de: 18 pesos a la gasolina premium y 15 a la regular, 6.30 al gasoil premium y 5 pesos al regular, que mantenía una carga impositiva invariable y resultaba más llevadero con los vaivenes en los precios internacionales.
En diciembre del 2005 mediante ley 557-05 le impusieron un nuevo impuesto selectivo de 13% advaloren, y al año siguiente lo aumentaron al 16% con la ley 495-06, que también aumentaron los impuestos fijos establecidos, resultando que la semana pasada, los montos de los impuestos por galón eran: Gasolina premium 65.52 incrementándose en 364%, y regular 59.51 incrementándose 396%; Gasoil premium 40.92 incrementándose 646%, y regular 36.00 incrementándose 720%.
Esta situación de aumento de los impuestos a los combustibles resulta contraproducente cuando las empresas necesitan insertarse en el mercado externo, reducir costos y mejorar su calidad para poder sobrevivir a las aperturas, que con excepción de los impuestos arancelarios, las naciones miembros de los Acuerdos Comerciales que ha firmado el país pueden exportar a nuestro territorio.
De esta forma, cuando se hacen más caros el gobierno cobra mas impuestos, lo que imposibilita el desarrollo y dificulta el desplazamiento, al igual que la producción de alimentos y artículos industriales, teniendo como consecuencia los precios de ventas al consumidor, más altos de la región.
Sin embargo, todo el que va a una estación de expendio paga el combustible, pero el gobierno a través del Acuerdo Petrocaribe firmado con Venezuela en el 2005 solo salda una parte de la factura petrolera, financiando el resto. El monto de la deuda por este convenio es de aproximadamente 1,800 millones de dólares, 67,860 millones de pesos según Caracas, aunque las autoridades locales estiman otra.
Esto significa que en 4 a 6 años, al ritmo que vamos, habría que establecer un impuesto adicional para pagar esa deuda y de esa forma cada persona habrá de pagar nuevamente el combustible que esta comprando ahora.
También sería preciso revisar el precio de paridad que sirve de base para establecer los impuestos, los márgenes de comercialización y el precio al detalle, pues podría calcularse en base a los datos reales de compras en el exterior, porque mantener la formula actual podría suponer una alteración en los cálculos que se fijan cada semana, pues cuando se compra y cuando se vende transcurre un tiempo que puede servir para que el Estado audite, certifique estos precios y calcule los precios de venta nacional.
Es oportuno reflexionar al respecto, mejorar los controles para evitar el trasiego de los combustibles exonerados y revisar la legislación existente para aliviar la carga de quienes compramos pagando la totalidad del combustible, pero quedamos debiendo parte de lo comprado.
Santo Domingo, R.D., jueves, 17 de marzo de 2011.
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