Venecia Joaquín
Debemos cuidar con esmero el escenario donde se mueve el Presidente de la Republica, de manera que no haya contradicción entre su imagen impecable y el entorno. En las actividades públicas muchos observan su traje. Siempre apropiado. Las especulaciones surgen sobre los motivos por lo que descarta la ropa deportiva, tropical, en lugares donde procede llevarla.
Otros se concentran en el vestir de la Primera Dama. Los comentarios más frecuentes son sobre su pasión por los sombreros, que por cierto le van muy bien. Muchas veces critican sus pantalones porque deberían ser holgados, acorde a su contextura física y alta investidura. Muchos se detienen en sus rostros, miradas, buscando su alma, su sentir. La pareja presidencial debe lucir serena y elegante.
Sabemos que están fuertemente custodiados por miembros de las fuerzas armadas, policías, etc… En ocasiones especiales apreciamos la presencia de la llamada Guardia Presidencial. ¡Me encanta ! Dan un aire solemne, de altura, al evento. Lucen espectaculares con sus uniformes de vistosos colores, botas, boinas y en perfecta formación. Me fascina verlos con sus rostros muy serios haciendo el saludo militar.
Siempre la he visto por TV. Por eso no me había percatado de que muchos de los guardias son delgados. Como dirían en mi campo “con cucharas atrasadas” y sus uniformes en mala condiciones. El pasado mes de febrero, me acerque a la Puerta del Conde en la avenida Independencia, en donde el Presidente Leonel Fernández participaba de una actividad con motivo de la Independencia. Me coloque junto a algunos turistas quienes cámara en manos, tomaban fotos del Presidente y los detalles que le parecían interesantes.
Estábamos cerca de la Guardia Presidencial. Escuche turistas comentar que las boinas de algunos estaban rotas. La señalaban y comenzaron a tomarle fotos. Me acerque. En verdad, los uniformes estaban horribles. Muchos desteñidos. Las boinas sucias y rotas por detrás. Algunos no tenían banda roja en la cintura. Otros no tenían los pantalones dentro de las botas o medias blancas. El calzado sucio. Un desastre.
Que vergüenza que turistas hicieran la observación. Me imagino que personalidades extranjeras de las que recibe el Presidente, también se han dado cuenta. ¡Que barbaridad! y tan parejeros que somos. Gracias a Dios que el Primer Mandatario viaja tanto que pocos le visitan. Debemos ser exigentes con la vestimenta de los que lo acompañan.
No se quien se ocupa de la Guardia Presidencial, pero su uniforme debe ser revisado, a fin de que luzca acorde con el Presidente y el Palacio. Que no se parezca a la situación del pueblo. Debemos cubrir las apariencias. Presentarlos como deseamos ser, no como somos. Además un buen uniforme le eleva la autoestima y los hace sentir orgullosos de sus funciones.
Santo Domingo, R.D., sábado, 12 de marzo de 2011.
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