martes, 19 de abril de 2011

Entusiasmos políticos


A PLENO PULMÓN//
FEDERICO HENRIQUEZ GRATEREAUX

A medida que los hombres envejecen van viendo toda clase de transformaciones: en las costumbres, en las modas de vestir, en  los cánones de belleza, en las normas morales.  También “los envejecientes” tienen oportunidad de ver amigos con el pelo blanco y cómo cambian las facciones de algunos compañeros de estudios.  Es triste asistir a los funerales de amigos queridos que conocimos jóvenes y saludables, llenos de entusiasmos.  Entusiasmos que podían ser deportivos, amorosos, artísticos, intelectuales, comerciales, políticos.  Es cosa perfectamente normal que los “entusiasmos” decaigan con el tiempo, vayan menguando lentamente hasta llegar a  disolverse.

Que se marchiten pasiones amorosas, fervores artísticos, intelectuales, no parece tan chocante como la súbita desaparición de las pasiones políticas ideológicas.  Hace tiempo se cuestiona la solidez del llamado “pensamiento político”. Los enfrentamientos de izquierdistas y derechistas alcanzaron extremada virulencia durante el pasado siglo XX.  Dos guerras mundiales potenciaron estas pugnas, calificadas de “irreconciliables”.  Jóvenes y viejos actuaban movidos por un odio feroz, lanzándose improperios terribles o escupitajos; la infamia y el crimen presidieron esa lucha irracional a lo largo de muchas décadas.  Las cárceles de medio mundo se llenaron de presos: unos eran “comunistas malvados”, otros eran “reaccionarios asquerosos”.

Raul Castro. 

Después de cincuenta años de control totalitario en Cuba, Raúl Castro declara que son necesarias 300 medidas “para salvar la revolución”.  Dice que es preciso erradicar “el dogma” y las “consignas vacías”.  Lo ha dicho en la sesión plenaria del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba.   Fidel Castro no estuvo presente en este Congreso, donde se trató el tema de la ingerencia del Partido Comunista “en asuntos administrativos”.  El partido Comunista, consagrado constitucionalmente como “el primer poder del Estado”, ahora resulta que “se mete en más cosas de la cuenta”.

 Raúl Castro afirmó que “los cuadros se acostumbraron a que todo se decidiera arriba”; que la sociedad cubana padece de “reunionismo”; que “la inercia debe ser desterrada definitivamente para desatar los nudos que atenazan el desarrollo de las fuerzas productivas”.  Dice que la prensa cubana adolece de “triunfalismo”, “estridencia” y “formalismo”.  Se queja de “la promoción acelerada de cuadros inexpertos […] a golpe de simulación y oportunismo”. Al leer estas frases colegimos que los entusiasmos revolucionarios han desaparecido.

Santo Domingo, R.D., martes, 19 de abril de 2011.

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