WILFREDO ALEMANY
Estaba escribiendo un artículo tratando de explicar la inquina con la que un sector situado en el área “liberal” dominicana trata a Miguel Vargas. En ese momento me llego el periódico Hoy con un análisis del amigo y compañero de viejas batallas Juan Bolívar Díaz titulado, “Los Infinitos Errores de Vargas Maldonado”. Al leer el trabajo de Juan decidí poner su explicación en lugar de la mía pues este dice mejor que yo lo que sospeché desde un principio eran las causas del encono “liberal”.
Juan Bolívar Díaz, hace una lectura apasionada de lo que ha pasado en el PRD en estos momentos. Pero su análisis es un enfoque cargado contra Miguel pues omite los irrefutables aportes que el actual presidente del PRD ha hecho para el fortalecimiento de esa organización.
Esas omisiones ocurren cuando nos dejamos atrapar de un esquema fanáticamente ideologicista.
Dice JBD que Miguel ha pretendido “…que podía manejar ese partido como una empresa que había adquirido más por su fortuna económica que por carisma”. (¡!).
Obviamente que después de esa caracterización sobre el papel de Miguel en el PRD no podía esperarse un análisis objetivo como los que en muchas ocasiones escribe nuestro apreciado amigo.
Hablar de ausencia de “carisma”, para dejar dicho, más o menos, que quien no la tenga no puede competir con quien sí la tiene, entra en un esquema donde lo que queda es el léxico de los predestinados. E incluso nos retrotrae a las discusiones de los años 60 en donde el argot marxista sellaba toda acción por “el origen de clases”.
Esa carga pasional ideologicista le impidió ver al amigo Juan Bolívar que durante el ejercicio de Miguel el PRD se ha colocado a la cabeza del sistema de partidos y que en su postulación en el 2008 como candidato presidencial obtuvo el 41.5% de la votación no obstante enfrentar al estado aliado a una red clientelista sin precedente en la historia reciente, y haber recibido ese partido con menos de un 20% de aceptación electoral.
Ese enfoque, de que un “capitalista” como Miguel es incapaz, al mismo tiempo de ser un político progresista, nos retrotrae al “marco teórico” de los manuales Soviéticos y de los catecismos de Althuser y Marta Hanecker. Es la visión que debieron dejar los gobernante ex soviéticos, primero, y después los chinos para poder desarrollar sus respectivos países.
Con lo anterior no quiero decir que Miguel no ha cometido errores en su carrera política pero no precisamente los que le enrostra JBD en el trabajo que comento.
Comisión Nacional Organizadora:
Milagros Ortiz, Enmanuel Esquea
y Hugo Tolentino Dipp.
Me gustaría si encontrar una explicación más terrenal y menos ideologizada, del por qué la Comisión Nacional Organizadora no ha sido transparente y equilibrada en el manejo de la Convención del PRD. Me hubiese gustado ver a un JBD exigiendo la transparencia y la rendición de cuentas que siempre ha reclamado a toda conducta pública. Me hubiese gustado también que reclamara o se preguntara por que Emmanuel Esquea hizo desaparecer las listas de concurrentes de la convención. Me gustaría que así como Censura el boca de urna de Pacheco no callara ante la grosera proclamación que hizo, un emocionado y delirante Emmanuel Esquea, de uno de los contendientes cuando apenas daba un primer boletín.
Me gustaría que respetara el hecho de que Miguel recibiera el apoyo mayoritario de las bases del PRD cuando se presento como candidato a la presidencia del partido. Me gustaría que pensara un momento, que muchos de los que estamos con Miguel no somos borregos y sabemos diferenciar lo aparente de lo real.
En el liderazgo de Miguel hay más que dinero amigo Juan. Y sí hay muchos que han recibido mucho dinero de las arcas del estado para impedir que Miguel sea hoy el líder que es en el PRD, al que ha llevado a ocupar el primer lugar en el cuadro de boletas de la Junta Central Electoral.
Y finalmente y en cuanto al argumento de que tenemos la Opinión Pública (¡!) en contra nuestra, lo remito a su afirmación reciente, de que nunca había visto tantos comunicadores y medios inscritos en el Presupuesto Nacional.
Santo Domingo, R.D., martes, 05 de abril de 2011.
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