Editorial El Día
La fuente de financiamiento del concierto “Voces Amarillas” que se realizó el pasado domingo tiene poca trascendencia frente a los objetivos buscados.
El verdadero tema de discusión debe ser la validez de los reclamos de quienes convocaron y recibieron el respaldo de miles de personas, especialmente de clase media.
Y, sin duda, los reclamos son válidos.
Resulta ridículo cuestionar, creando dudas sobre el origen de la financiación de sus actividades, al movimiento social que se ha generado en torno al reclamo por una mayor inversión para una educación de calidad.
Movimientos como éstos generan mucha simpatía y trabajadores voluntarios y, por supuesto, un caudal de donaciones para financiar sus actividades.
Sin embargo, insistimos, querer encerrar el debate en la trivialidad de preguntarse, con tono de sospecha, de dónde provinieron los fondos para el montaje del evento es querer darle la espalda a una lacerante realidad.
La República Dominicana no podrá superar ninguno de sus problemas fundamentales con la exigua inversión en la educación que se hace desde el Estado, que dicho sea de paso es el único responsable de que los fondos provenientes de los contribuyentes se gasten adecuadamente.
“Voces Amarillas” fue otro llamado a la atención no sólo al Gobierno, sino a toda una sociedad que ha permanecido indiferente por años ante las deficiencias de nuestro sistema educativo.
Santo Domingo, R.D., martes, 05 de abril de 2011.
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