sábado, 11 de junio de 2011

La nueva revolución social mundial

A la indignación europea, se le une 
la ebullición de masas árabes
FABIO R. HERRERA-MINIÑO

Las primeras dos décadas del siglo XX fueron terriblemente caóticas; los países de Europa se vieron asolados por una cruenta guerra que dejó millones de muertos, y casi todos ellos en ruinas y con sus habitantes desorientados y empobrecidos.

Dentro de ese caos, el Imperio ruso se vio carcomido desde adentro por sus grandes desigualdades sociales, y el fermento de una rebelión inaudita, estimulada hábilmente por el movimiento socialista que, en 1917, se entronizó en ese vasto territorio y otras regiones mundiales por más de 70 años.

Fue el grito social de las masas en contra de los aristocráticos gobiernos y sus cortes corruptas, empujando a los plebeyos y juventudes irredentas a tomar conciencia de sus necesidades y carencia de libertades. Estimulados por hábiles dirigentes y pensadores, en medio de la sangre y cenizas dejadas por la I Guerra Mundial, se levantó un movimiento social que lamentablemente fue el germen de crear más desigualdades, más latrocinios y más sangre derramada.

El colapso del modelo comunista en 1989 dejó a Europa y al mundo en la euforia de la libre empresa y del capitalismo salvaje. Este se creyó con fuerzas para imponer su modelo de gastos conspicuos, de libertades y enriquecimiento de un sector, haciendo crecer el abismo entre la pobreza y la riqueza, simbolizada por las casuchas de orillas de los ríos o de los cerros llenas de cólera y otras enfermedades, frente a residencias majestuosas de altas paredes y disfrute de la buena vida en resorts, restaurantes y villas exóticas en sus países o en el extranjero.

Al inicio de la segunda década del siglo XXI, el mundo se encuentra en una etapa efervescente de toma de conciencia, y así como China sufre una transformación increíble y admirable, los países de Europa, con sus masas de jóvenes sin perspectivas de un futuro con trabajo, deciden asumir sus destinos, y recordando a lo que hizo Gandhi en la India para expulsar al imperio británico, ahora millones de seres humanos se movilizan pacíficamente en las calles más emblemáticas de Europa para provocar una reacción de indignación en contra de la clase política, carcomida por los vicios de la corrupción, permisibilidad con el negocio de las drogas y por su encerrado criterio de aferrarse al poder con un manejo inadecuado de los recursos públicos.

A esa indignación europea se le une la ebullición de las masas del mundo árabe mediterráneo, que sometidos a regímenes autocráticos, han salido a desplazar gobiernos de años, y a otros les mantienen un asedio que en poco tiempo los obligará a claudicar.  Estamos en los umbrales de grandes cambios, y distinto a lo que ocurrió en el siglo pasado con la entronización de la doctrina comunista en media Europa y parte de Asia, ahora surge una demanda de generaciones de jóvenes, que criados casi todos en democracia, con un capitalismo arrollador y derecho a actuar sin represiones, pero con políticos corruptos y otros mediatizados por sus creencias religiosas del Islam, han brotado con fuerza inaudita para exigir un cambio de dirección. Esto permitiría reorientar el mundo hacia una era de justicia, que ahora se les coarta y se reprime a nombre del orden público, o de las exigencias de los organismos internacionales para imponer restricciones de las cuales no sufren en sus capitales del primer mundo.

Santo Domingo, R.D., sábado, 11 de junio de 2011.

http://www.hoy.com.do/opiniones/2011/6/10/379361/La-nueva-revolucion-social-mundial

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