LILLIAM OVIEDO
Cuando comentaristas a sueldo destacan que mucha gente acude a los hospitales con síntomas de cólera y no están, en realidad, afectados por el mal, fingen olvidar que esto solo ocurre en momentos en que el mal está presente.
La preocupación que causa al enfermo y a sus familiares la posibilidad de padecer el cólera, hace que se dirijan a los hospitales personas que, en otras circunstancias, atenderían con remedios caseros y dieta improvisada manifestaciones de disentería y parasitosis que también son causadas por la insalubridad. Los hospitales no están en condiciones de asumir un aumento en la demanda, porque tampoco ofrecen atención de calidad en condiciones normales.
El gobierno actual, como sus antecesores, no tiene como prioridad equipar los hospitales. Invierte en obras deslumbrantes como el costosísimo parqueo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y el Metro, con las cuales alimenta fortunas de funcionarios civiles y militares especialistas en utilizar testaferros.
Gabriel García Márquez llama “tiempos del cólera” al momento en que, al inicio del pasado siglo, el cólera se hizo presente en el Caribe colombiano, pero en este momento, en República Dominicana hay que hablar del cólera, el abuso y la mentira.
El subregistro y la ocultación con fines politiqueros, hacen muy superior a los 36 que recientemente reconoció el ministro de Salud la cifra de muertos a causa del cólera, pero las autoridades intentan disfrazar, no sólo el alcance de la epidemia, sino también la situación de marginalidad y exclusión.
Las epidemias, como los terremotos y los huracanes, desnudan la realidad, impidiendo que la palabrería la arrope.
Leonel Fernández, mientras tanto, envía al ministro de Salud a las calles a identificar casos de cólera. ¡Pura demagogia! Hay que preguntar cuánto suman el pago en dietas y el gasto en propaganda.
Los recorridos de Bautista Rojas Gómez no compensan la falta de un real sistema de salud. Es manejo politiquero... Un encargo de la clase dominante, extensivo al PRD y similares... Propaganda politiquera que se paga con dinero del pueblo. ¿Hasta cuándo?
Santo Domingo, R.D., domingo, 12 de junio de 2011.


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