DANILO CRUZ PICHARDO
Los escándalos de corrupción constituyen la principal característica de los gobiernos del doctor Leonel Fernández. Un escándalo hace olvidar al otro y no hay semana sin que los diarios reseñen el hallazgo de nuevos y bochornosos actos en desmedro del erario.
La semana pasada la prevenida Mary Peláez declaró haberse ganado cientos de millones de pesos mediante contratas de obras concedidas por el ingeniero Félix Bautista, recibiendo instrucciones del presidente Fernández, “apenado” por la muerte su padre, el humorista Milton Peláez. ¡Cuánta generosidad! Pero esa generosidad contrasta con la falta de auxilio estatal hacia muchas familias que carecen de recursos para la sepultura de uno de sus miembros.
Sin haber superado el impacto que ocasiona esa noticia, se descubre un multimillonario fraude en el Seguro Médico para Maestros (SEMMA), que involucra a dos ministros, un viceministro y otros funcionarios menores. ¿Cuál será el próximo escándalo?
El peculado ha sido una constante durante los mandatos de Fernández. Los escándalos se cuentan por decenas, sin que se conozca el procesamiento judicial de ningún funcionario. Y la gente se entera de los casos cuando se divulgan públicamente, pero la mayoría de las irregularidades administrativas se registra sin anunciarse en los medios.
La prueba más evidente está en la opulencia económica que exhibe el grueso de los funcionarios públicos. Personas que acudían a la UASD en destartalados carritos y camisas con falta de botones y cuellos desgastados, hoy compiten, en término económico, con empresarios que se han pasado la vida trabajando.
La sociedad dominicana demanda de un cambio, de un real adecentamiento de la administración pública. Se necesita un presidente que no le garantice impunidad a ningún funcionario público. Se requiere investigar muchas fortunas económicas de personas que no tienen forma de justificarlas.
Santo Domingo, R.D., domingo, 24 de julio de 2011.
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