domingo, 14 de agosto de 2011

Refutando a Gómez Bergés



 LEOPOLDO A. ESPAILLAT N.

Objeciones y refutaciones de fondo iv: la nueva democracia

Volviendo al año crítico de 1962, y evidenciando que la plutocracia no había descuidado ningún aspecto de la cadena de acontecimientos del proceso político que desataba en el país, controlando todas sus manifestaciones, se instaló en San José, Costa Rica, el Instituto de Ciencias Políticas, con la encomienda de formar los cuadros de jóvenes dirigentes políticos que asumirían el rol protagónico de instalar la ‘democracia’ en el país. Allí impartían clases líderes de la denominada ‘izquierda democrática’ en el poder, como Rómulo Betancourt, Luis Muñoz Marín, José Figueres y figuras del exilio dominicano, como Juan Bosch y Juan Isidro Giménez.

Y allí fueron a formarse políticamente como líderes, cuadros seleccionados de sus respectivas organizaciones partidarias, las nuevas fuerzas políticas surgidas como base del juego democrático que se iniciaba. Allí fueron a educarse políticamente por el 1J4, el PRD y Unión Cívica Nacional 54 jóvenes de la nueva generación, entre ellos: José R. Molina Ureña, Félix Germán, Hernán Vásquez C., Asela Morell, Jaime Durán Hernando, Iván García, Vinicio Echavarría, Florencio Camilo, José Fco. Peña Gómez, Milagros Ortiz Bosch y José del Carmen Rodríguez.  Bosch influyó en Molina Ureña de tal manera, que al volver al país, ya venía adscrito al PRD como parte de su vanguardia.

Lo que se ignoraba entonces, era que el Instituto dirigido por Sacha Volman, era financiado con fondos de la CIA por vía de Norman Thomas, presidente del Partido Socialista de EE.UU. Volman, pieza clave en el devenir político dominicano, fue el primer extranjero que pisó el país inmediatamente después de la muerte de Trujillo, entrando como periodista por la frontera con Haití, para entrevistarse con Joaquín Balaguer. De ahí en adelante Volman mantuvo una gran influencia con éste como con Bosch, con quienes siempre tuvo las puertas abiertas.

La lucha política que se desató en el seno del Consejo de Estado encabezado por Balaguer, e integrado por personalidades políticas y eclesiásticas que sirvieron a Trujillo y se habían pasado a Unión Cívica Nacional, como fue el caso de Rafael F. Bonnelly, vicepresidente; Nicolás Pichardo, y monseñor Pérez Sánchez, miembros del mismo; culminó asilándose Balaguer en la nunciatura apostólica y saliendo al exilio en marzo del 1962, pasando Bonnelly a presidir el organismo, que se encargó de organizar el proceso electoral cuyo vencedor previsto era Fiallo.

Victor Gomez Berges. 

En UCN habían ido a refugiarse ña la vista o fuera de ella- los sectores más preponderantes de la economía, incluyendo a quienes fueron socios de Trujillo o de su cuñado, Francisco Martínez Alba (Paquito), y que sobrevivieron a su caída sin mayores percances. Pero la plutocracia no había contado con las torpezas políticas de éste ni con las habilidades de Bosch. Partiendo de una apreciación equívoca, Fiallo hizo campaña ofreciendo látigo a los trujillistas, en un país cuyas clases humildes y baja clase media fueron cortejados por el régimen y constituían su base política real.

Mientras tanto, la clase social oligárquica, la alta clase media, la clase media y los intelectuales, de manera oportunista transaban con el régimen de Trujillo, para su provecho o supervivencia, aunque anidando en el seno de su juventud la única resistencia clandestina real y consciente a Trujillo, arrastrada inevitablemente por el ejemplo de la revolución cubana que lideraba un Fidel Castro que daba un ejemplo de rebeldía propicio dondequiera que se hubiera hecho presente el ‘Destino Manifiesto’ de las corporaciones norteamericanas y quien no había tomado partido aún en la Guerra Fría con el bloque soviético.

Juan Bosch. 

Por el contrario, Bosch le tendió a ese escenario mayoritario comprometido con el pasado, incluyendo los miembros de las fuerzas armadas y sus familiares, un ‘borrón y cuenta nueva’, que incorporaba a todos los que la campaña de la UCN y el 1J4 hacían sentir complejo de culpa por su pasado, comenzando con los miembros de su aparato político, el Partido Dominicano, al cual se exigía pertenecer a todos los adultos. Fue más lejos, desde Costa Rica esbozó que era posible arribar a un proceso democrático con la presencia de Ramfis Trujillo en el país.

Esta primera opción del ‘trujillismo sin Trujillo’ -que tuvo tres versiones- contó inicialmente con el apoyo de influyentes sectores cercanos al Presidente John F. Kennedy, pero entraba en contradicción con la segunda versión, sustentada por los que propiciaron el atentado de la CIA y el 30 de Mayo contra Trujillo, a base de Balaguer, y terminó siendo descartada; aunque ésta a su vez perdió el primer ‘encuentro’ con los patrocinadores de la tercera versión, democracia con UCN, Fiallo, la oligarquía y el trujillismo reivindicado.

Ramfis Trujillo.

A pesar de que Ramfis Trujillo, el heredero designado del régimen y su familia tuvieron que acatar el designio de la plutocracia al cual se había negado Trujillo, y abandonar el país; la consigna electoral de Bosch que recibió apoyo de este sector, fue su definitiva carta de triunfo electoral, pero su gobierno fue vencido por el ‘trujillismo sin Trujillo’ con Balaguer; que al cabo salió triunfante del fracaso del Triunvirato, y de la insurrección constitucionalista aplastada por la tropa norteamericana, que lo trajo de nuevo al poder en 1966 en una votación sin elecciones.

Santo Domingo, R.D., domingo, 14 de agosto de 2011.

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