lunes, 26 de septiembre de 2011

Eduardo Álvarez: La carta de la Reina



Entre las cartas protocolares de “respaldo” a la iniciativa del presidente Leonel Fernández, contra la especulación financiera y productos de alto consumo, destaca la remitida por la reina Beatriz, de Holanda. De verdad que nos resulta curiosa. 

Es una de las mujeres más ricas del mundo, que debe su fortuna precisamente a toda suerte de actividades especulativas, desde las financieras hasta el trueque, en innumerables formas de negocios. Ha sido, durante siglos, el modus operandi de la familia real holandesa. 

De la reina Beatriz se ha dicho que maneja grandes cantidades de dinero en paraísos fiscales, entre ellos, las Islas Caimán, Bahamas, Bermudas, Suiza, etc. Controla el banco más grande del mundo, el UBS Suizo y sus aliados; el HSBC, del Reino Unido, y el ING Group, de Holanda. 

Leonel Fernandez Reyna.

Es miembro prominente del poderoso Club Bilderberg, que controlan los más grandes bancos de Estados Unidos. Este grupo, creado en 1954 en el Hotel de Bilderberg, de Holanda, convoca a las 130 perronas más ricas de todo el planeta, a sus reuniones anuales, restringidas y secretas, cuya agenda se limita a los negocios extraordinarios, entre los que destaca la especulación. 

Cuando en el mundo de los mercados de commodities, como azúcar, soya, acero, aluminio, petróleo, se habla de los Negocios de la Reina se sabe, por antonomasia, que se trata de los más asombrosos trueques, de azúcar por petróleo, por ejemplo. 

Los certificados financieros basados en las ventas futuras de estos productos son las perlas preferidas de los Negocios de la Reina [The Queen’s Deal]. Brasil ha colocados billones de dólares para financiar la producción de azúcar y soya, con ventas comprometidas por hasta veinte años. 

Reina Beatriz, de los Países Bajos (Holanda). 

Los certificados CPR, de Brasil, y los Bolivarianos, soportados en el petróleo venezolano, es un instrumento de compra y venta exageradamente codiciados por los miembros del Club Bilderberg. Resguardados con SKR, en bancos suizos o alemanes, estos papeles valen y producen tanto o más que el oro. 

Por lo general, cuando los países necesitan azúcar y soya, prefieren hacerlo mediante trueque, dando petróleo a cambio del dulce. Igual ocurre, a la inversa, con los azucareros, que acuden a la carpeta de ofertas de la Reina, buscando combustibles a cambio de su oferta. 

El presidente Fernández, además de haber seleccionado a los escuchas equivocados [a la ONU en vez de la OMC], ha procurado el respaldo de las personas menos indicadas. Con solicitarle que abandone o modifique sus negocios, es suficiente. 

Santo Domingo, R.D., lunes, 26 de septiembre de 2011. 

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