lunes, 26 de septiembre de 2011

Williams De Jesús Salvador: La ONU y el debate del hambre





Como embajador, participé en muchos cónclaves internacionales sobre la temática del hambre, la miseria y la insalubridad, como puntos cardinales de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, por lo que me permito externar algunas reflexiones sobre el particular. 

El Presidente Leonel Fernández Reyna, es un gran diletante, en su discurso grandilocuente en la ONU, ha expresado sus preocupaciones por las aterradoras cifras universales del hambre que azota a más de mil millones de humanos en las diferentes latitudes y como colofón la especulación mundial de los 'commodities'. 

La mercancía (en inglés, commodity) en economía es cualquier producto destinado a uso comercial. Al hablar de mercancía, generalmente se hace énfasis en productos genéricos, básicos y sin mayor diferenciación entre sus variedades. 

El hambre, es un tema aireado cíclicamente en la ONU, hay un libro que hace más de 20 años me obsequió y dedicó, mi amigo el Dr. Casimiro Velazco, cuando estudiábamos en Madrid, titulado: La locura organizada del ex' Canciller Alemán Willy Brandt, Premio Nobel de la Paz en 1971, quien abordó estos temas en la primavera del 1985, cuando aún el mundo vivía la era de la guerra fría, como es natural, el problema del hambre en aquel entonces no se le endilgaban a los commodities y la especulación financiera, sino, a la carrera armamentista. 

Las crasas diferencias entre pueblos ricos y pobres, injusticia y hambre masiva insoportable, van más allá de los precios especulativos de los commodities, tiene su base, en la explotación del hombre por el hombre y los malos gobernantes en los que se encuentran dictadores, déspotas, depredadores del erario público y corruptos. 

Los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), contabilizan más de 1,000 millones de personas desnutridas en todo el mundo, esta cifra equivalente a la suma de la población de América del Norte y de Europa. 

La mayoría de los países latinoamericanos están calificados en las primeras tres categorías de este mapa. El caso más preocupante es el de Haití que registra una desnutrición "muy alta", mayor al 35 por ciento. República Dominicana y Bolivia, tienen una tasa "moderadamente alta", entre un 20 y un 34 por ciento. Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay entraron en la categoría "moderadamente baja", con niveles de desnutrición de entre el 10 y el 19 por ciento. Y finalmente Brasil, aparece pintada en amarillo con una tasa de entre el 5 y el 9. 

Los pueblos hambrientos no son libres. Lo que los pueblos necesitan es pan y libertad, como decía hace ya algunos decenios el lacónico lema de campaña el peruano Haya de la Torre y de otros dirigentes de la democracia social latinoamericana. El hambre y la insalubridad en el tercer mundo han matado más que las conflagraciones mundiales que tuvieron como escenario el siglo pasado. 

El problema de los commodities y la especulación financiera, este puede estar fundamentado en nuevas realidades del mercado mundial, para el cual la humanidad no se preparó para este nuevo siglo XX1, se trata de que el cambio en el eje geopolítico mundial que ha tenido como epicentro a China Continental y al continente asiático. 

Sucede y viene a ser, que la transformación de la China milenaria en una nueva superpotencia mundial, después de experimentar la triangulación perfecta de su sistema político de una sociedad comunista, en una sociedad de un capitalismo solidario del siglo XX1, lo que ha hecho que se convierta en una sociedad de consumo, es decir, estamos incorporando a más de mil millones de seres humanos que el siglo pasado estaban excluidos del mercado mundial. 

Este salto cualitativo de la China de Mao, el progreso en marcha de este monstruo hace tambalear al resto del universo, solamente la demanda de los derivados de los hidrocarburos provoca un problema de insospechadas magnitudes. 

Una preocupación que debió mover a reflexión a la ONU, en esta última cita de su asamblea mundial, debió haber sido la amenaza que se vuelve a cernir sobre la humanidad, que es el uso de las armas nucleares que su uso pueden provocar un invierno atómico en amplios espacios del planeta, afectando por consiguiente el suministro de alimentos, la sanidad, el ecosistema y se irían de bruces las economías mundiales. 

La realidad es que estamos viviendo en una sociedad más tecnológica que humana y la asimetría global, entre países ricos y pobres, es un dilema milenario que repito tiene su origen en la explotación del hombre por el hombre, como dice Eclesiastés 8:9,”….el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. 

Retomando la relación entre los países ricos y pobres, me llega la anécdota de la gallina (que es el país rico) y el cerdo (que es el país pobre en este dialogo inusual). La gallina le propone al cerdo que instalen una empresa en sociedad, el cerdo encuentra interesante la propuesta y pregunta apresurado: ¿Qué negocio podemos hacer juntos? Responde la gallina, huevos fritos con jamón. El cerdo replica: Que bonito, mientras tú sales airosa con una contribución diaria, a mí se me exige la vida. 

Con esta anécdota, lo que quiero significar es que para alimentar los cientos de miles de seres humanos que su vida está amenazada por la hambruna que estremece al mundo, solo hay una posibilidad en la actual urgencia, es a través de alimentos concentrados no perecederos y preparados que contengan todos los elementos necesarios para el funcionamiento del cuerpo humano. 

Estamos abiertos a las réplicas y aportes sobre nuestros planteamientos. (El autor es médico y diplomático). 

Santo Domingo, R.D., Lunes, 26 de septiembre de 2011. 

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