domingo, 4 de diciembre de 2011

Jugando con las finanzas públicas


Félix Santana García 

Todo cuando maneja el ser humano en este mundo se vincula al dinero, y administrar este medio de cambio es arte y técnica a la vez. Hay personas que traen consigo mismo como parte de sus genes la destreza de obtener, mantener y multiplicar el valor del dinero a través del tiempo. Otras por el contrario deben recibir orientación, asesoría, consejos, estudios o fundamentos para administrar este medio de pago. 

Pero muchos de estos últimos seres humanos, no obstante recibir las enseñanzas acerca de conocer el valor del dinero en relación al tiempo nunca llegan alcanzar o dominar las habilidades del verdadero arte de administrarlo. 

De ahí que muchos profesionales, a pesar de haber alcanzado las mejores calificaciones académicas, durante el paso por este mundo no logran nunca obtener el título de buenos administradores. Por ello es frecuente oír que esa clase de personas son puro fracaso en la administración de sus finanzas personales y familiares. Fracaso que muchas veces se extrapola a su vida empresarial y gubernamental. 

Tanto es así que mujeres y hombres carentes de dichas habilidades pueden percibir por oficio, profesión o premios millonarios, mucho dinero y, al cabo de pocos meses no tener nada. 

No se entiende porque personas que han alcanzado éxito en una actividad profesional u oficio no pueden, salvo excepción de unas cuantas personas, lograr el éxito financiero. Se pensaría que lograr ese objetivo es tan difícil o que las técnicas financieras son tan complicadas para entenderlas y aplicarlas. 

Hay personas conocedoras del arte y las técnicas de las finanzas y tienen la competencia para aplicarlas o saben cómo aplicarlas, pero no les interesa aferrarse a la ética y moral en el manejo del dinero ya que solo persiguen lucrarse por el camino más expedito o fácil (fast track) y más cuando se ven imposibilitados o frustrados de acumular capitales por la vía licita. 

Conforme estos conceptos se podría decir sin equivocación que los integrantes del equipo que hoy gobierna la República Dominicana les encanta jugar con las finanzas públicas, no así con sus finanzas personales o familiares, pero como se trata de dinero ajeno lo mal gastan, provocando desempleo, cierre de empresas, falta de competitividad, baja producción agrícola, entre otras debilidades. 

Son unos verdaderos jugadores de las recaudaciones fiscales, préstamos y donaciones, sin ninguna sensibilidad social, al extremo de que no piensan en su porvenir de los demás. Gastan ahora a manos llenas y que el resto del pueblo se salve como pueda. No son honestos, no son confiables, no son transparentes, ni son humanos, por eso se oye con desesperación en el seno del pueblo un solo clamor: ¡Cambio, cambio, cambio de partido y gobierno ya! 

Santo Domingo, R.D., domingo, 04 de diciembre de 2011.

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