Chiqui Vicioso
Las reuniones del llamado sector cultural se han multiplicado en estos días, reviviendo a un sector que ahora se reúne otra vez, ilusionado con que el futuro ministro o ministra, le tome en cuenta. Son reuniones con escritores y artistas plásticos, ignoro si con los y las músicos, donde se recopilan las sugerencias; proceso que estoy segura se replicará a nivel nacional para que la gente de todo el país, la simple gente que no es artista, pueda también recomendar a lo que aspira en el aspecto cultural.
Ya en gestiones anteriores, he estado planteando la necesidad de que sean tomados en cuenta los dominicanos en el exterior; inclusive elaboré una propuesta, con presupuesto y todo, que se utilizó como pasaje para espléndidas vacaciones. Por eso voy a hacer mis contribuciones desde esta columna, para que quien se interese las pueda utilizar.
Casi todas las gestiones de índole cultural en el exterior han estado limitadas por los recursos asignados a las instituciones culturales, embajadas o consulados. Empero, la razón principal de su falta de impacto no ha sido la escasez de recursos, sino la tendencia a gastarlos en infraestructuras como las llamadas Casas de Cultura, que consumen en salarios lo poco que se destina al área.
La estrategia para el apoyo al desarrollo cultural de las comunidades dominicanas en el exterior, debe orientarse a crear un mapa de esas comunidades y un inventario de recursos materiales y humanos que, posteriormente a un diagnóstico de las comunidades e instituciones, permita armar un programa de promoción y asesoría cultural a la dominicanidad “ausente”.
Así, nuestras embajadas, clubes, asociaciones comunitarias, ONG, entre otros, funcionarían como entes coordinadores de acciones culturales, que el Ministerio de Cultura podría financiar puntualmente, mediante la creación de un fondo para esos fines. En ese sentido, el Ministerio actuaría como facilitador del proceso cultural, no como implementador de las acciones, tarea que correspondería a las comunidades. Contaría con su propia agenda cultural, pero adaptaría su programación a las necesidades que defina, de manera CONJUNTA, con las comunidades o instituciones con las cuales habría de colaborar.
Dadas nuestras proverbiales necesidades materiales, es necesario que el Ministerio de Cultura también establezca relaciones de colaboración con fundaciones, museos, universidades, ONG, iglesias, líneas aéreas, embajadas de naciones amigas, hoteles, para becas, bancos de docentes, financiamiento de talleres y publicaciones culturales, entre otros.
Armado con las redes comunitarias existentes y el banco de recursos culturales, en las comunidades donde sobrevive nuestra gente, el Ministerio se abocaría entonces a una gestión cultural.
Santo Domingo, R.D., viernes, 13 de enero de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario