sábado, 21 de enero de 2012

Todo lo que los candidatos saben de sus electores

William Márquez
Siluetas de personas
Las campañas quieren seleccionar objetivos específicos del electorado para enviar sus mensajes políticos.
Las nuevas tecnologías, que permiten la concentración e interpretación de datos personales de millones de personas así como la manera de llegarles de manera rápida, y eficaz, se han convertido en las herramientas indispensables de las campañas políticas modernas en Estados Unidos.
Para eso hay empresas que se dedican a la recopilación, desglose y catálogo de información sobre individuos para poder venderla o arrendarla a los estrategas de campañas de los diferentes políticos, que la usan para enviar mensajes que obedecen específicamente a las características personales de cada votante.
Hoy en día, desde el punto de vista del candidato, lo que éste conoce sobre su vida es casi más importante que lo que usted podría saber sobre él.

Nueva tecnología

Aristotle
La firma de mercadeo Aristotle tiene la información de 190 millones de votantes en EE.UU.
"El concepto de captar votantes del montón y dirigirse específicamente a ellos es algo que ha existido desde el invento de las campañas políticas", expresó a BBC Mundo Danny Hayes, profesor de Gobierno y experto en procesos electorales de la Universidad Americana de Washington.
Los candidatos tienen varios incentivos, dice el académico. Uno, es llegarle a sus adeptos y asegurarse de que salgan a votar y, otro, llegarle los que no tienen una afiliación definida para convencerlos y movilizarlos a que voten por ellos.
Poder identificar este segundo grupo del electorado es un factor crucial para una exitosa campaña. "Esa idea fundamental no ha cambiado con los años, lo que ha cambiado es la tecnología", indicó Hayes.
Hace 15, 20 o 30 años se hacía con publicidad televisada o radiofónica, pero los mensajes estaban diseñados para llegarle a votantes que los políticos pensaban que podían ser persuadidos.
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Los datos de los consumidores no tienen información política real pero pueden generar el perfil de un individuo del que se podría inferir su ideología"
Profesor Danny Hayes, Universidad Americana en Washington D.C.
Hoy en día, la campañas se están concentrando en grandes bases de datos que están recopiladas de dos fuentes en particular: el registro de votación del electorado y la información que las empresas de mercadeo tienen de los consumidores.
En el primer caso, los datos están disponibles libremente al público e incluyen información sobre si el votante está registrado, si votó en pasadas elecciones y hasta cuál es su afiliación política.
La segunda lista proviene de la información que "voluntariamente" ofrecen los consumidores sobre diferentes aspectos de sus vidas cada vez que adquieren un artículo o servicio por internet, solicitan una tarjeta de crédito o se suscriben a una revista.

Perfiles

Gráfica
La información está desglosada y catalogada para su uso específico por las campañas.
Esta información puede incluir lugar de residencia, sexo, religión, estado civil, tamaño de la familia, condición socio-económica, educación, afiliaciones, hobbys, gustos, etc.
"Los datos de los consumidores no tienen información política real", explicó el profesor Hayes, "pero pueden generar el perfil de un individuo basándose en su consumo y comportamiento del que se podría inferir su ideología".
Nuevos programas de computación pueden efectuar una correlación de todas estas bases de datos para crear los objetivos demográficos e identificar quiénes estarían más afectados por qué mensajes.
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Uno tiene que hablarle a la gente de las cosas que son relevantes para ellos"
John Phillips, gerente ejecutivo de Aristotle
Una de esas compañías es Aristotle, basada en Washington D.C., que ha acumulado la información de 190 millones de votantes en Estados Unidos.
El gerente ejecutivo de la firma, John Phillips, dijo a la BBC que con todo lo que conocen sobre los votantes se puede influir en la decisión que ellos tomarán una vez estén frente a las urnas.
"Uno tiene que hablarle a la gente de las cosas que son relevantes para ellos", aseguró Phillips. "Si el mensaje no es relevante, no importa qué tan convincente pueda uno sonar, no le van a dar la importancia".

Objetivo específico

En ese sentido no se puede enviar un mensaje generalizado a una gran masa, hay que dirigirlo quirurgicamente a quien pueda captarlo mejor según su estilo de vida.
"Información como cuántos hijos tiene la familia va a ser muy valiosa para alguien que le va a hablar a un votante sobre estos asuntos", subrayó el gerente de Aristotle.
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Información como cuántos hijos tiene la familia va a ser muy valiosa para alguien que le va a hablar a un votante sobre estos asuntos"
John Phillips, gerente ejecutivo de Aristotle
Según Danny Hayes de la Universidad Americana, la estrategia se conoce como "microobjetivo" y se está volviendo cada vez más común en las campañas y cada vez más sofisticada, sabiendo interpretar mejor las características del consumidor.
"Tal vez no sepan cómo alguien votó en las pasadas elecciones, pero si saben que se suscribió a una revista de cacería bien podrían enviarle una carta, un correo electrónico o echarle una llamada para abordar el tema sobre el derecho a portar armas", señaló.
Ese mensaje hecho a la medida iría solamente al votante con ese perfil, "no van a gastar tiempo ni recursos en otros que no se ajustan al mensaje".

Cambios futuros

Correspondencia política
Los mensajes directos a los teléfonos móviles van a desplazar la correspondencia política.
El profesor Hayes considera que la eficiencia de este sistema y el ahorro que representa para las campañas garantiza que que se utilice cada vez más, aunque no cree que vaya a reemplazar la necesidad del candidato a desplazarse por todo el territorio con discursos, foros y presentaciones personales.
"Ese toque personal es indispensable para que el electorado sienta el compromiso del candidato", sostuvo.
No obstante, hay quienes creen que la tradicional forma de hacer campaña de golpear puertas, hacer llamadas telefónicas y lanzar comerciales de televisión estará desapareciendo.
Judd Legum, vicepresidente de Comunicaciones y Nuevos Medios de la organización Center for American Progress de Washington indica que, en este ciclo de campañas, ha surgido más el uso de los medios sociales, internet y mensaje instantáneos.
"Lo último ha sido llegarle al votante instantes antes de que deposite su voto en la urna", reveló.
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En el futuro la estrategia va a ser la de 'inundar la zona', estar en todos los sitios al mismo tiempo. Los votantes ya se están acostumbrando a eso"
Judd Legum, Centre for American Progress
Según el analista, cada vez más los votantes están conectándose a internet con sus teléfonos móviles para conocer datos de último minuto mientras esperan en fila para votar.
"Una campaña puede colocar publicidad política sobre su candidato en el buscador que está siendo utilizado para influir en la decisión del votante segundos antes", declaró a BBC Mundo.
Igualmente, los candidatos no tendrán que depender de los canales de televisión para transmitir publicidad costosa de producir y difundir. Lo pueden hacer por los innumerables sitios en internet que publican videos.
"En el futuro la estrategia va a ser la de 'inundar la zona', estar en todos los sitios al mismo tiempo. Los votantes ya se están acostumbrando a eso", concluyó Legum.
John Phillips de Aristotle lo resume así: "Si su mensaje no le llega a la gente, no importa cuál es su punto de vista".

Contexto

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