Sería un suicidio convertir a Participación
Ciudadana en partido
LUIS SCHEKER ORTIZ
Participación Ciudadana (PC) no se
convertirá en partido político. Eso quisieran sus enemigos, que no son tontos;
pero no sucederá. No creo que pueda suceder. Sería su muerte. Un suicidio.
Seguirá siendo lo que hasta ahora ha sido. Lo que ha sido desde su nacimiento,
“Un movimiento cívico, no partidista” que procura, como expresión social, ser
mejor gobernado, no gobernar. Como ves, su fin es más noble y por tanto más
duradero, más perdurable.
Pronto, dentro de apenas un par de años, cumplirá dos décadas de existencia. ¡Veinte años! Ciertamente
que no es mucho. Pero en una sociedad
tan desolada, tan carente de instituciones civilistas, donde el desmadre
de los partidos políticos, de derecha,
del centro y de izquierda, parece ser el
signo de patria, esos años de dura lucha, de tesón y consistencia
persiguiendo, sin doblez, un sueño realizable
sólo con el concurso de otros soñadores,
esos pocos años de sacrificio y
de coherencia sostenida que imponen pagar un alto precio, son mucho más que nada.
Solo eche, compadrito, como usted sabe
hacerlo, una miradita hacia atrás. Una mirada retrospectiva, como dicen los
intelectuales. Cuántos movimientos cívicos, luciendo el
blasón del civismo como estandarte,
nacidos con la muerte de Trujillo o un tanto después de su muerte, se
han levantado y no han podido resistir la tentación del poder. De convertirse
en partidos políticos. De claudicar por la
pasión del mando, tan propia de los humanos, para ser cola de ratón
y apoderarse, al menos, de un pedacito del rico
pastel.
Compartir y medrar a su sombra, de la Silla
del Águila, siempre a la zaga,
arrastrados o postrados tras las migajas que ofrecen, (nada despreciables) los detentadores del poder real, y los
aspirantes potencialmente ganadores, socios por vocación y
destino, atados a un sistema social,
económico y político eminentemente injusto: los gobernadores del rocío, que engañan y enajenan del pueblo su inocencia y esperanza y luego proclaman, desde cualquier
tribuna: “¡El Pueblo Soy Yo!”.
No, mí querido compadrito. Creo que
seguiremos por mucho tiempo es esta lucha
que no da descanso, pero no es inútil. Que requiere la buena voluntad y
el concurso de todos los que piensan y sueñan en un mejor destino para la
patria amada. “Para el noble y sufrido Pueblo.” Participación Ciudadana, es
sólo parte de ese sueño. Una porción alícuota,
pero importante, de esa inmensa
ala que es la sociedad civil como un todo.
La que requiere y precisa y exige ser bien gobernada: con justicia y
transparencia. Con equidad y eficiencia, atendiendo sus prioridades, sin
privilegios.
La otra ala la conforman los Partidos
Políticos, creados, por naturaleza, para dirigir y gobernar en un sistema
democrático de gobierno bien entendido. A estos
no podemos ni debemos sustituir o desplazar, pero sí mejorarlos,
desterrando sus prácticas nocivas.
Convertirnos en uno de ellos haría más mal que bien a la sociedad a la
que pertenecemos y por la que luchamos. Con la que queremos compartir sus afanes, sus sueños y sus
alegrías, aunque luzca una utopía o tan solo una quimera.
Santo Domingo, R.D., miércoles, 15 de
febrero de 2012.

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