Teófilo Quico Tabar
A pesar de lo que se diga en la campaña política, hay que concluir en que la mayoría de los dominicanos ya tienen su voto definido. Esto es, a favor de Hipólito Mejía o Danilo Medina. Se da lo que como mucha gente dice y repite, que la polarización está dada con más fuerza que en otras ocasiones, dejándole muy poco espacio a los partidos minoritarios o emergentes.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría ya tiene decidido votar y también por quien lo hará, hay un sector de suma importancia que la gente denomina como los indecisos, entendiendo como tal, aquellos que todavía no han disidido votar como tampoco por quien lo harán. Y en este tramo de la campaña cobran una importancia indiscutible, ya que se convierten en un complemento necesario.
Algunos expertos entienden como votantes indecisos, aquellos que no votan siempre y sistemáticamente por el mismo partido, por lo cual no se deben catalogar como votos militantes. Con frecuencia esta indecisión de votar va unida a una indecisión de participación. De esa forma entienden esos estudiosos, que los indecisos necesitan resolver dos cuestiones casi simultáneas, pues son indecisos a la hora de votar, por lo que se pueden considerar abstencionistas potenciales, y una vez hayan decidido votar, son indecisos al momento de decidir por cual partido o candidato lo harán.
En la primera fase de resistencia al voto, uno de los principales motivos para plantearse la indecisión con respecto a ir a votar o abstenerse, proviene de la percepción y concepto que de la política y sus protagonistas tiene cada ciudadano en esa situación; además por apatía, falta de entusiasmo, desencanto u otras razones. Esto quiere decir que el votante indeciso muestra poco interés por la política, o por lo menos le interesa menos que otros asuntos.
Contario a lo que algunos pudieran pensar, los indecisos opinan y argumentan sobre política, los partidos y también sobre la situación del país. Son críticos. Una cantidad importante de los indecisos tienen criterio, lamentablemente no positivos acerca de la actividad política. No son fácilmente arrastrados o convencidos. Se podría afirmar que en cierto modo son selectivos.
Y como en esta etapa de la campaña aumenta el interés por los que aún no han decidido votar y mucho más por quien lo harán, es sumamente importante tener en cuenta estos aspectos cuando en procura de su convencimiento se realicen actividades de cualquier índole.
Porque los indecisos no son necesariamente apáticos, más bien podrían caer dentro de la categoría de escépticos. No pertenecen exclusivamente a una capa social, pues los hay en los estratos: Altos, medios, intelectuales, comerciantes, profesionales y mucho más dentro de las clases de abajo, sobre todo en países con tendencia conservadora. Son diferentes a los que se denomina voto silente, que no hablan pero actúan votando.
Por esas y otras razones, cuando los indecisos pudieran decidir, es recomendable tener mucho cuidado con su decisión, porque los votos nunca sobran
Santo Domingo, R.D., jueves, 22 de marzo de 2012.
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