Eduardo Álvarez
El senador Amable Aristy y los demás altos, medianos dirigentes y miles de militantes reformistas que han decidido respaldar la candidatura de Hipólito Mejía representan, más o menos, las dos terceras partes de los 241,965 votos, el 7.12% de los sufragantes, que pudo obtener el otrora glorioso partido de Balaguer en las elecciones de medio término del 2010.
Truncado otra vez el intento del PRSC por recuperar su identidad y fuerzas originales, procede que el aislado liderazgo, aún existente en esas filas, se aparte del trance fatal en que ha incurrido la cúpula, ahora a cargo de los símbolos y colores emblemáticos. Es lo único que pueden negociar, un triste balance, similar al número de seguidores que pueden garantizar al PLD. No más de un lamentable uno por ciento.
La participación independiente en 2010 le permitió al Reformista recuperar más de 100 mil votos, con relación al certamen del 2008, donde apenas logró el 4%, compitiendo aliado al gobierno. Aún cuando las cifras son reveladoras y convenientes, se impuso el interés particular de media docena de funcionarios, en franco detrimento de miles de militares y dirigentes medios que han pasado a respaldar al candidato del PRD donde han encontrado una buena respuesta a sus inquietudes políticas y el futuro de sus familias .
Con generales sin tropas no se ganan batallas. Una verdad de a puño tan fácil de entender se ha convertido en una trampa, ya insalvable, para quienes han creído el cuento de la lealtad incondicional, apegada a sentimientos e ideales irrespetado por los negociadores de ambos lados. Afortunadamente, encuentras allí a disidentes indispensables para mantener las autenticas fuerzas y esperanzas reformistas.
Frente a las evidencias de una franquicia partidista sustraídas por el proyecto del partido único, como pretenden Leonel Fernández y Danilo Medina, debe valorarse el esfuerzo por salvar la mayor herencia política dejada por Balaguer, sin importar que los símbolos hayan sido vendidos al mejor postor, como ha ocurrido.
Hipólito Mejía se ha comprometido, tan pronto llegue al poder, a hacer grandes aportes a la recuperación de un partido como el Reformista cuyos aportes al actual proceso democrático han sido invaluables. El paso que han dado el senador Aristy y miles de altos y medianos dirigentes en la Capital y todo el país son una clara muestra de cuanto ha calado esta propuesta.
Es deplorable que la gloria de una agrupación que gobernara durante veintidós años vaya a quedar sepultada en la ignominia del uno por cuento de los electores, o menos, como todo parece indicar va a ocurrir con el PRSC el 20 de mayo.
Santo Domingo, R.D., viernes, 16 de marzo de 2012.
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