jueves, 8 de marzo de 2012

Sectarismo peledeísta



Danilo Cruz Pichardo 

El doctor José Francisco Peña Gómez ganó la primera vuelta electoral de 1996 con un 46%, el doctor Leonel Fernández obtuvo un 39% y Jacinto Peynado un 15%. Ninguno de los tres candidatos alcanzó la requerida mayoría absoluta, por lo que fue necesaria una segunda ronda.

Antes de esa segunda vuelta electoral se constituyó el denominado Frente Patriótico  y Joaquín Balaguer ofreció sus votos incondicionalmente a Leonel Fernández, haciendo posible su triunfo con un 51.25% contra un 48.75% del doctor Peña Gómez.

Peña se quedó corto por un 1.25% para ascender a la Presidencia de la República. Solo bastaba que Balaguer dejara en libertad de votar a sus seguidores. Pero le cerró el paso al moreno y prefirió apoyar al compañero de boleta de Bosch en la contienda de 1994, en la que apenas sacaron un 13%.

Leonel fue presidente por Balaguer. Y, aunque este último no puso condiciones, por razones de gratitud el PLD debió otorgarle no menos de cinco ministerios al Partido Reformista. ¿Cuántos le otorgó? No le dio uno solo, todos los cargos fueron ocupados por peledeístas.

Y salvo el caso de Carlos Morales y otras excepciones menores, en los últimos ocho años de gobierno del PLD los reformistas también han sido marginados, a pesar de que las filas moradas han sido engrosadas por balagueristas, los cuales, con la muerte del caudillo, se quedaron en esa entidad. Pero, ¿a cambio de qué, qué se les ha dado?

En esa fusión, los reformistas solo han sido cantidad y los peledeístas “calidad”.  Sino que me digan cuál dirigente importante del reformismo ha ascendido a sus máximos organismos. Ninguno. Ese Comité Político es una capilla de 25. Los cargos de su gobierno son para ellos y, si algo queda, es para ellos también. Hipólito fue más generoso en su gestión.

Sin moral ninguna, considerados por organismos investigativos internacionales como los políticos dominicanos más corruptos y de mayor poder económico, persisten en el sectarismo. Y el maltrato al reformismo también demuestra ingratitud. “No arrojes piedras en la fuente de la que has bebido”, dijo Talmud.

Santo Domingo, R.D., jueves, 08 de marzo de 2012.

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