Eduardo Álvarez
Es más que sorprendente el fenómeno del senador Félix Bautista. Yo quiero que alguien me diga si nuestra historia republicana registra un caso de enriquecimiento y prodigalidad tan acelerada y abundante como el de este ingeniero civil, hace apenas dieciséis años con un capital de 500 mil pesos, sin medios de producción ni casa propia.
Sería ocioso –y hasta enojoso- reproducir aquí la lista de empresas,inversiones y sinecuras de este mago de las finanzas, sustentador por excelencia de la campaña de Danilo Medina. El más prospero y exitoso empresario criollo no le lleva las maletas en arte de publicar riquezas en el menor tiempoposible. Ni cómo gastarlo e invertirlo con tanto acierto y fortuna.
La fuente original de su fastuosa fortuna no es otra que el Estado dominicano, aun cuando haya diversificado sus inversiones, conforme los escandalosos contratos y donaciones que ha ido repartiendo por todo el mundo entre aspirantes presidenciales. Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta. Con unadecena de banqueros presos por experiencias parecidas, ¿cómo es que estos funcionarios del PLD no cogen cabeza?
Práctica que le resulta altamente rentable, tomando en cuenta la relación inversión/ retorno, como en el caso del celebré Sweet Micky. El más experimentado apostadorde Wall Street tendría mucho que aprender de este otrora anodino y modesto profesional de la construcción.
La verdad es que alcanzar la meta de 387 millones de dólares con una simple posta de sólo dos millones y pico de dólares es una ecuación, si no asombrosa,irrepetible. La fórmula de este moderno Rey Midas parece ser simple. Se explica en la complicidad de dos o tres políticos haitianos corruptos, sumados al irrespeto por el hambre,la ignorancia y la gran tragedia que,hace más de dos años azotó al país más pobre el hemisferio occidental.
Hay que estar muy comprometido o vinculado a esas hazañas de Bautista para no sentirse irritado o abochornado ante un hecho palmario y fácilmente comprobable.Por eso resulta sorprendente que el Senado de la República haya reducido suelevada y sagrada dignidad a la de apañador y cómplice de uno de sus miembros, en ver de una amonestación o interpelación, como corresponde en casos como estos.
Y lo peor de todo es que la situación nos coloca al borde de nueva confrontación con Haití,nos deja sin discurso para defendernos de la creciente invasión de inmigrantes haitianos y nos sitúa, a la vista de todo el mundo, como oportunistas, inescrupulosos y abusadores frente a un pueblo humilde e indefenso.Estamos pagando justos por pecadores. ¡Caray!, ya se ha dicho, el delito lo daña todo.
Santo Domingo, R.D., 04 de abril de 2012.
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