Nicaragua sigue preguntándose como murió su mas grande campeón: Alexis Argüello
Managua, Nicaragua.
El más grande atleta de la historia de Nicaragua, el tricampeón mundial de boxeo Alexis Argüello, partió de este mundo exactamente hace tres años en medio de oscuras circunstancias. Aunque los nicaragüenses aún lo añoran, hoy su legado sigue vivo. Alexis Argüello fue llamado “El caballero del ring” por su gentileza. Cuando peleó con Olivares hizo reverencia a la bandera de México. LA PRENSA & ARCHIVOERENC
Por Eduardo Cruz
Diario La Prensa, Nicaragua.
En la noche del 16 de febrero de 1974, mientras Managua aún trataba de levantarse tras la destrucción del terremoto, la atención de los nicaragüenses se centraba en el flaco Alexis Argüello, quien se enfrentaba en Panamá al campeón mundial de las 126 libras, Ernesto “Ñato” Marcel.
Nunca antes el país había tenido a un campeón mundial de boxeo y el entusiasmo porque había llegado el tiempo de tener uno era enorme, tanto que, según recuerda el cronista Edgard Tijerino, a Panamá se habían trasladado unos cinco mil nicaragüenses y no era extraño que en las calles de la capital panameña se encontraran entre conocidos. “Era como andar en Managua”, dice Tijerino.
En ese momento ya estaba en decadencia Eduardo “El Ratón” Mojica, que era conocido como “el campeón sin corona”, porque era muy buen boxeador pero no había logrado coronarse. Por eso, las esperanzas estaban ahora en Argüello.
Esa noche del 16 de febrero Marcel logró con su experiencia sofocar la juventud y la agresividad de Argüello y lo entregó derrotado. Aún así, Alexis fue recibido en el país como un ganador. Los nicaragüenses ya lo tenían como el ídolo. Nicaragua seguía sin campeón mundial.
Eduardo Román, un funcionario de la Empresa Nacional de Luz y Fuerza (Enaluf), que era apoderado de Alexis, consideró que la derrota del “Flaco” ante Marcel fue positiva, porque ayudó a ver que Argüello tenía madera para ser campeón mundial, pero todavía tenía que ser pulido.
EL BOXEO ERA SU DESTINO
Aunque en su adolescencia se veía involucrado constantemente en riñas callejeras, Argüello no se había interesado en el boxeo. Fue hasta que su hermana Marina unió su vida a la del boxeador Eduardo “El Ratón” Mojica que Alexis dio sus primeros pasos en el boxeo.
Corría el año de 1968 cuando el “Flaco” comenzó a lanzar los primeros golpes de boxeador. Su primer entrenador fue Miguel Ángel Rivas, Kid Pambelé, en el Estadio Nacional. También recibió guía de su cuñado.
Más adelante, cuando Alexis demostró su potencial, contó con el apadrinamiento de Eduardo Román. Tiempo después Román recordaría estos tiempos en una entrevista con un diario hondureño: “Subíamos al cuadrilátero, antes de cada pelea con la Bandera de Nicaragua en alto, siempre triunfante hasta donde se pudo; existen limitaciones físicas. Alexis utilizaba cierto término que a la gente muchas veces no le gustaba, él decía “mis indios”, pero él cuando decía “mis indios” quería decir mis nicaragüenses”.
Nueve meses después de su derrota con Marcel, en noviembre de 1974, Argüello tuvo otra oportunidad para alzarse con un título mundial, enfrentando al mexicano Rubén Olivares. Se creía que Argüello era el favorito, pero en los primeros 12 rounds Olivares iba ganando el combate. Fue en el round 13 cuando el nicaragüense pudo darle vuelta a la historia del combate, derribando dos veces al campeón mexicano. Olivares después reconoció que fue imprudente ponerse a intercambiar golpes de manera frontal con Argüello.
Por primera vez Nicaragua tenía un campeón mundial en boxeo. Los nicaragüenses explotaron de alegría y en las radio se comenzó a escuchar la sonora voz de Sucre Frech: “Muchacho loco, me vas a matar”, por la expectación que generaban las peleas de Alexis.
Poco después ganó su segunda corona, frente al puertorriqueño Alfredo Escalera. Se convertía en bicampeón mundial. Y el “Flaco” tenía para más.
UTILIZADO POLÍTICAMENTE
Alexis Arguello y Daniel Ortega.
La gloria y la fama de Argüello comenzó a ser utilizada inmediatamente por los políticos. El diputado somocista René Molina, muy vinculado con el deporte, consiguió la presencia de Alexis en una manifestación de la dictadura de la época, recuerda Tijerino Mantilla en su libro El ídolo no muere .
Eduardo Román intentó evitarlo, pero al fin Argüello fue fotografiado montando un caballo “pura sangre” en la manifestación somocista.
Y en una pelea en el Madison Square Garden de Nueva York, contra Rafael “Bazooka” Limón, Alexis aparece en el ring con una bandera del FSLN, cuando en Nicaragua la insurrección está en lo fino.
El triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio de 1979, ocurre cuando Alexis y Eduardo Román están fuera del país. El gobierno revolucionario confisca todos sus bienes a Argüello, quien molesto y decepcionado decide no regresar al país.
Poco tiempo habría de transcurrir para que en 1983 un periódico costarricense diera cuenta de que Argüello estaba apoyando a la contrarrevolución nicaragüense, claramente indignado porque el sandinismo le había arrebatado sus pertenencias, como una casa en el valle de la laguna de Apoyo, otra casa en Las Colinas, un carro BMW, un Mercedes Benz, y cuentas bancarias, entre otras cosas.
Para Alexis Argüello no fue tan simple su camino a la tercera corona mundial, (CMB), para lo cual tuvo que derrotar al campeón escocés Jim Watt, en el estadio de Wembley, en Inglaterra. “Todo lo edificó con su fortaleza, aguante, puños de acero y su espíritu inclaudicable de llegar más lejos”, recuerda el periodista Juan Navarro, quien siguió de cerca la carrera de Argüello a inicio de los ochenta.
Un día antes de la pelea, Argüello llamó a Navarro. La tensión del combate fue mayor que en otras peleas. Insomnio, nerviosismo, la clásica crisis que pasan los boxeadores frente a grandes retos. “Entre risas y carcajadas soltamos la lengua para mil historias. Casi de madrugada, más tranquilo, pudo irse a la cama, cuidado por Óscar Kan, su asistente y del doctor Román”, recuerda Navarro.
“Estoy seguro que ganaré la corona de los Ligeros, mi tercera corona mundial. Por muy Watt que sea, a este indio no le mete las manos ese escocés. Mañana vamos a celebrarla aquí y espero que mis compatriotas hagan lo mismo en Nicaragua. Recordá que soy exiliado”, le dijo Argüello a Navarro.
Y ganó. Pasó a ser el tricampeón mundial Alexis Argüello, algo que lo llevó años después directo al Salón de la Fama del boxeo mundial. Incluso, Óscar de la Hoya llegó a decir que siempre quiso ser como Argüello.
Desde el exilio, como miles de nicaragüenses en los años ochenta, Argüello nunca olvidó a su familia. Con gente que venía a Nicaragua le mandaba dinero a su familia. “Nunca olvidó a sus padres, después de cada pelea, me encargaba de entregar cinco mil o diez mil dólares en las manos de ellos, con la seguridad de que no serían decomisados por el gobierno revolucionario de turno. Dinero para sus amigos, dinero para causas sociales, porque Argüello decía que también había sido atacado por la pobreza”, recuerda Juan Navarro.
REGRESÓ AL PAÍS
Alexis Argüello bromea con uno de sus mentores, Eduardo “El Ratón” Mojica, quien también fue su cuñado y lo inspiró a boxear. LA PRENSA/ARCHIVO/MANUEL ESQUIVEL
Alexis Argüello regresó pobre al país, en 1992. Y encima estaba afectado por la adicción a las drogas. Se lo confesó a su amigo Douglas Rodríguez, en cuya casa estaba alojado. El tricampeón venía en busca de ayuda a su tierra. Quería recuperar sus bienes y volver a pelear para ganar dinero y pagar deudas que tenía, especialmente con el fisco estadounidense.
Pedro Solórzano, en ese entonces gerente de la Casa Pellas, le dio un carro Yaris y le ayudó a gestionar la devolución de sus bienes para lo cual contactó al ministro de la Presidencia, Antonio Lacayo. A pesar de que no tenía escrituras de las casas y papeles de sus pertenencias, el Gobierno le entregó ocho módulos que estaban repartidos en diferentes centros comerciales.
Edgard Tijerino, quien había perdido en cierto modo la confianza de Alexis por haber sido allegado al gobierno sandinista en los ochenta, cuenta que en 1983 él fue a Venezuela a devolverle sus cosas a Argüello, pero este rechazó la oferta. Al final, aunque no justifica la confiscación, eso le sirvió como un ahorro a Argüello, porque pudo obtener algo en el gobierno de doña Violeta cuando más lo necesitaba.
Solórzano le ayudó a Argüello a regresar al ring y también lo ayudó a combatir la adicción a las drogas internándolo en Odera, un centro de rehabilitación en San Marcos, Carazo. “Se lo entregué al director de allí, hice donación grande a Odera para que lo trataran bien”, recuerda Solórzano.
En esa época Argüello comenzó a relucir sus momentos de depresión. “Siempre andaba desesperado, siempre andaba con ganas de quitarse la vida. Se apuntaba al corazón con un puñal”, rememora Solórzano, quien en un momento quiso utilizar a Argüello para la campaña presidencial de Enrique Bolaños, pero cuando lo intentó ya “se le habían ido arriba”.
Francisco López, el tesorero del FSLN, se llevó un día a Argüello y luego el tricampeón apareció en la Convergencia, aliado al Frente Sandinista, abrazado con Daniel Ortega.
Santo Domingo, R.D., domingo, 1ro. de julio de 2012.
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