lunes, 9 de julio de 2012

Carta a Radhamés Gómez Pepín, El Nacional


LILLIAM OVIEDO

Señor director:

En una edición reciente del diario que usted dirige, se informa que el embajador de Estados Unidos, Raúl Yzaguirre, será articulista de sus páginas. La columna con la firma del diplomático será publicada cada dos meses, mientras él permanezca en el país, y el espacio estaría a disposición de la Embajada.

Esto significa que en El Nacional hay un espacio para trazar las líneas maestras de la propaganda política de Estados Unidos, incluyendo los argumentos para justificar los atropellos que, como potencia hegemónica, ese país cometa en cualquier punto del planeta. 

Mentiría si digo que estoy asombrada, y no es la simulación un arte para el cual yo esté bien dotada. Pero no se requiere ser especialista en psicología social para saber que muchas personas han experimentado asombro.

Usted dirá que los tiempos han cambiado, pero lo asombroso no es el cambio de los tiempos sino la permanencia de determinados criterios de autoridad.

¿Será el señor embajador un articulista como los demás? Lo pongo en duda. Y hablo ahora como ex articulista y todavía empleada de El Nacional.

Embajador Raúl Yzaguirre.

El 28 de marzo pasado, usted argumentó que no era oportuno publicar el artículo que escribí para ese día, y, por supuesto, prohibió la publicación del mismo. ¿Actuaría del mismo modo cuando, a propósito de algún hecho repudiado por la mayoría, el señor Yzaguirre o quien ostente el cargo de Embajador de Estados Unidos en el país escriba su posición, a título personal o en nombre del gobierno que representa? Está por verse.

¿Qué ha cambiado, la definición de oportuno o el criterio para asignar a un comentario esa calificación?

Sé que usted no me ha pedido que opine en torno a esto, pero, como casi siempre, prefiero ser necia antes que callar cuando entiendo debo hablar.

Atentamente,

Lilliam Oviedo

Santo Domingo, R.D., lunes, 09 de julio de 2012.

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